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Incapaces y talentosos

Es evidente que en nuestro país el ejercicio de la política no deslumbra por un despliegue de intelectualidad. Si agregamos a ello que una elevada proporción de sus militantes se caracteriza por su audacia e inclinación a motivar su espíritu aventurero, coincidiremos en el armado de personajes que, lamentablemente, son aceptados por la sociedad mediocre de la que formamos parte. Esta complacencia, reiterativa desde hace muchos años, ha sido un factor determinante de la imagen que hoy ofrece nuestro país y de la incertidumbre de un futuro promisorio. Nada más penoso que aquellos que no reconocen sus limitaciones y no se someten a ellas para aventar formas de conducta. La incursión de personajes farandulescos y de destacados deportistas en las arenas políticas, ya ha dejado huellas de visible ineptitud y no menores síntomas de apetencias personales. Trascienden por estos días algunos nombres de "famosos" de la farándula que no tardan en aceptar un cargo para tal o cual segmento de los aprestos políticos; nada más y nada menos que una diputación o una senaduría que en épocas pasadas honraran Lisandro de la Torre y Alfredo Palacios como paladines indiscutibles de probidad, patriotismo y honestidad...Casi una afrenta. La solidez de las estructuras parlamentarias debe sustentarse en un potencial de intelectualidad que deviene de títulos académicos. Las improvisaciones, ya nos han dejado no pocos sinsabores.
Mario Torrisi