El camino del brasileño Gustavo Kuerten rumbo a su cuarto título de Grand Slam terminó ayer con una extraña derrota en la que el número uno del mundo mostró extraños síntomas de agotamiento tras una exigente temporada.
Kuerten fue eliminado en los cuartos de final del Abierto de tenis de Estados Unidos al caer por 6/4, 6/0 y 6/3 frente el ruso Yevgueni Kafelnikov en apenas una hora y 32 minutos, dejando al torneo sin representación latinoamericana.
Kafelnikov buscará el sábado la final enfrentando al ganador del choque que disputaban al cierre el estadounidense Andy Roddick y el australiano Lleyton Hewitt.
"Vencer a alguien como Guga siempre es duro, y al principio del partido sufrí bastante en algunos juegos", dijo Kafelnikov, que llega a las semifinales del US Open por segunda vez en su carrera tras lograrlo en 1999.
"Me encantaría ganar otro Grand Slam, pero no voy a perder el sueño si no lo logro. Ya tengo tres, nunca esperé llegar tan lejos", dijo el oriundo de de Florianópolis.
La baja forma del brasileño se reflejó en su saque, clave de su juego, ya que convirtió sólo dos aces, contra 33 en su partido de tercera ronda ante el bielorruso Max Mirnyi y 18 del choque de octavos ante el español Albert Costa.
Con su eliminación, Kuerten mantiene pendiente su deuda con los Grand Slams en superficies rápidas. El tricampeón de Roland Garros nunca pudo superar los cuartos de final en el Abierto de Australia, Wimbledon y el US Open.
Al brasileño no lo preocupa. "No soy una máquina, a veces pasan estas cosas. Se notó la falta de energía para jugar como puedo, y él lo hizo bien. No me sentía mal antes de empezar, entrené tan bien como otros días, pero luego el partido se fue desarrollando de una manera que no me convenía", insistió.
Pero la razón de su muy pobre rendimiento podría ser una lesión en el muslo derecho. Kuerten fue masajeado por el fisioterapeuta del torneo, y su falta de reacción para correr tras tiros que otras veces busca sin problemas, y su insistencia en buscar el golpe ganador en todo momento, hacen sospechar que fue más que un simple agotamiento.
Hoy por la noche volará a Brasil, para trasladarse el sábado o el domingo a Bahía, donde desde el lunes jugará un nuevo certamen del circuito de la ATP, buscando sumar su séptima victoria de torneo en la temporada.
El turno de las damas
Una final de hermanas, un año espectacular para la ex "niña prodigio" o el regreso a la gloria de la número uno: las semifinales del Abierto de tenis de Estados Unidos ofrecen hoy casi tantas posibilidades como millones de dólares.
La suiza Martina Hingis, número uno del mundo, se medirá a la estadounidense Serena Williams, décima, en tanto que la estadounidense Jennifer Capriati, segunda del ránking y campeona en Melbourne y París, intentará frenar a la arrasadora Venus Williams, cuarta de la clasificación.
Si Hingis avanza y Capriati hace lo propio, la final tendrá un condimento extra con el duelo por el liderazgo del ránking.
Más allá del éxito deportivo y los puntos para el ránking, hoy habrá también un buen puñado de dólares en juego, ya que quien avance a la final del sábado se asegurará 425.000 dólares y la posibilidad de luchar por el premio mayor de 850.000. Quien caiga en semifinales cobrará 225.000.
La Ciudad
