Belfast. - Unas 50 niñas católicas llegaron ayer, por segundo día consecutivo, a su escuela escoltadas por la policía antimotines, que de nuevo chocó con grupos protestantes pese a las exhortaciones de políticos de ambas partes para que se ponga fin al hostigamiento de escolares en Belfast. "La presente situación es horrible", expresó David Trimble, jefe del principal partido protestante de Irlanda del Norte, los Unionistas de Ulster. Y "existe el peligro de que los problemas se propaguen a otras escuelas de la zona".
En otro distrito del norte de Belfast, la policía confirmó que había arrestado a cuatro católicos sospechosos de haber asesinado a un protestante de 16 años. El adolescente, que viajaba en bicicleta, fue atropellado por un vehículo presuntamente conducido por católicos.
Otro día de furia
La policía empujó a unos 200 manifestantes para alejarlos de la entrada de la escuela primaria de la Santa Cruz, de modo que las 50 alumnas, de cuatro a once años de edad, pudiesen entrar a clases. Los otros dos tercios del alumnado se quedaron en sus casas después del torrente de piedras e insultos lanzados el lunes, que asustaron a las niñas y lesionaron a una madre.
La policía y el ejército formaron columnas con vehículos militares para establecer un corredor que permitiera a las niñas, algunas de apenas cuatro años de edad, entrar en el colegio, en un área protestante ubicada al norte de Belfast que fue escenario de disturbios.
"Estaba realmente aterrorizada, tenía mucho miedo", dijo Roisin, de seis años, mientras secaba sus lágrimas. Los angustiados padres cubrían los oídos de sus hijas para evitar que escucharan las cosas que les gritaban a su paso.
Escenas similares en la misma escuela dieron lugar el lunes a comparaciones con los intentos por disgregar las escuelas del sur de Estados Unidos en la década de 1950. Pero los padres que recogían a sus hijas al final del día prometieron seguir llevándolas a la escuela. "La traeré mañana", expresó Lisa Irwinv, mientras conducía a su hija Shannon a través del masivo cordón de seguridad.
A diferencia del lunes, cuando hubo brechas en la seguridad policial, los protestantes fueron empujados a calles laterales. Su número fue también menor, aunque su rabia era la misma. "Bastardas", gritaron algunos mientras otros arremetían contra las niñas con frases como: "Ustedes son la escoria de la Tierra". Los disturbios durante la noche provocados por la confrontación dejaron el área cubierta de botellas rotas, piedras y otros objetos, que las niñas tuvieron que cruzar para llegar a la escuela. Las escenas de odio de los últimos dos días son un duro revés para el endeble proceso de paz de Irlanda del Norte.
David Trimble, líder del poderoso Partido Unionista de Ulster, calificó los sucesos de "pasmosos" y dijo que los problemas podrían propagarse a otras escuelas en la provincia británica. "Las escenas en la Holy Cross Primary son totalmente inaceptables y están opacando las genuinas preocupaciones de los protestantes que viven en las áreas de contacto en el norte de Belfast. Estas preocupaciones no pueden resolverse hasta que termine la violencia y comience el diálogo", declaró.