Santiago. - Aunque el anciano y enfermo ex dictador Augusto Pinochet abandonó la escena política chilena, dejó un legado ideológico cuyos herederos podrían revitalizar en la elección parlamentaria de diciembre, según analistas locales. Un momento económico difícil y el desgaste de la alianza centroizquierdista de gobierno, la Concertación, abren una vía de ascenso para la derecha opositora.
Sus principales representantes son ex colaboradores de Pinochet e incluso militares, agrupados en el partido Unión Demócrata Independiente (UDI), que trepa en las encuestas con un avance tal que podría convertirse en la primera fuerza política. "La oposición está en un momento muy adecuado", afirmó el politólogo del centro de estudios Cerc, Carlos Hunneus.
Tras el adiós al régimen de Pinochet, que gobernó entre 1973 y 1990, Chile ha sido liderado por el bloque centroizquierdista Concertación, que venció en todos los comicios de la década pasada y que hoy encabeza el presidente socialista Ricardo Lagos.
La unión de derecha, formada por los partidos Unión Demócrata Independiente (UDI) y Renovación Nacional (RN), fue votada regularmente por un tercio del electorado. Pero desde hace dos años exhibe un avance significativo, cuya principal explicación es su líder: Joaquín Lavín, actual alcalde de Santiago.
Lavín, con un discurso populista, estuvo muy cerca de superar a Lagos en las elecciones presidenciales de 1999 al obtener más del 46 por ciento de los votos, un caudal que el bloque opositor intenta repetir en los comicios de diciembre, cuando se reelija a la mitad del Senado y a toda la Cámara de Diputados.
"La Concertación bajará su votación y la derecha va a aumentar, con la UDI como partido mayoritario", auguró el experto electoral de la Universidad de Chile Gustavo Martínez.
Tal resultado no desacomodaría a Lagos, pero sería un virtual empate de fuerzas, que la derecha "observaría como un triunfo", dijo el analista de la Universidad Católica Oscar Godoy.
"No hay catástrofe para Lagos, sí una pérdida de imagen, que será muy bien aprovechada por la derecha para levantar su candidato presidencial", añadió Martínez.
Fiel al ideario que marcó al régimen de Pinochet, ultraliberal en lo económico y ultraconservadora en lo político y social, la derecha chilena, apoyada por el empresariado, es contraria al divorcio y a los anticonceptivos y promotora de la censura y la pena de muerte. Sin embargo, ha ganado espacios en la masa votante con un mensaje "realizador", enfocado al desempleo y la seguridad ciudadana.
Hemorragia en la DC
La derecha se ha aprovechado también de los escándalos internos sufridos por el principal partido oficialista, la Democracia Cristiana (DC), que ha perdido parte de su caudal electoral, la clase media y católica, en favor de la derecha. Los sondeos revelan que la DC representa al 15 % de los electores, mientras que la UDI, el partido más conservador y pinochetista, logra un 20%, situándose por primera vez en su historia como el primer partido del espectro político.