Año CXXXIV
 Nº 49.230
Rosario,
miércoles  05 de
septiembre de 2001
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cartas
Hagamos posible lo necesario

El ser humano no sólo debe tener tiempo para el trabajo sino también para el ocio (por lo menos en la teoría), y para que ello ocurra (me refiero a lo segundo) se deben dar las condiciones necesarias. Ir a un cine, a un teatro, a un recital, no debería ser imposible para alguien con alguna discapacidad. Las barreras arquitectónicas cada vez son mayores en lugar de disminuir. Se construye sin pensar que ese "otro" alguna vez puede ser uno mismo. Sin pensar que por algún accidente o por alguna operación o por la edad podemos necesitar de una rampa o de un baño especial o de un ascensor especial. Insisto: las leyes existen (Ley Nacional de Discapacidad Nº24901 y Ley Provincial de Discapacidad Nº9325), sólo hay que cumplirlas. Pero como se trata de personas discapacitadas, parece ser que ellas no tienen derecho al ocio debiendo soportar estoicamente ese peso de ser distintos en una ciudad que sólo contempla aquello que es "normal". Es la Argentina, donde se discrimina al gordo por ser gordo, al viejo por ser viejo, al pobre por ser pobre, al distinto por ser distinto. No contribuimos a hacer posible lo necesario sino todo lo contrario.
Mercedes M. Lamas


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