El interventor nacional del Pami, Raúl Pistorio, aseguró que los policlínicos de Rosario "no se cerrarán", pero insistió con que habrá una reducción en el número de empleados del 25 por ciento por lo menos. Según trascendió, la restructuración podría comenzar en un lapso de 15 días, aunque se buscará consenso con los gremios, jubilados y autoridades de la Uppri. A todo esto, casi la mitad del personal cobró un tercio menos de sus sueldos, ya que se les aplicó la poda salarial del 13 % por partida doble. Desde la sede central prometieron que hoy, o a más tardar mañana, se devolverá una parte, que luego será descontada en cuotas de los futuros jornales.
Pistorio ratificó el achique que hará en el Pami. Lo hizo en el Congreso de la Nación por segunda vez en siete días. Ayer estuvo con los diputados de la Comisión de Salud, una semana después de la reunión mantenida con los integrantes del bloque radical.
Se prevé ajustar la obra social en 200 millones de pesos hasta fin de año. Si bien se descartaron la privatización o el cierre de los policlínicos propios y los despidos masivos, la tijera se vuelve a posar sobre la sede Rosario.
Como lo hizo la semana pasada, el interventor reiteró que los Pami I y II seguirán abiertos, pero con 300 empleados menos. Dijo que tiene pensado "jubilar a los que estén en condiciones de hacerlo, impedir incompatibilidades y hacer desvinculaciones asistidas". Hoy son 1.284 agentes para 300 camas y el objetivo es bajar el promedio de cuatro empleados por cama a tres, ya que instituciones como la Fundación Favaloro están "por debajo de esa cifra".
Según trascendió, los diputados le pidieron que lo haga en forma consensuada con los gremios, jubilados y autoridades locales, algo que fue bien visto por Pistorio. Por ahora, el titular de la Uppri, Luis Fernández Risso, entregó ayer una propuesta para racionalizar el organismo sin ningún despido. Y los sindicalistas quieren reunirse hoy con los funcionarios nacionales.
Según comentó un testigo de la audiencia, la restructuración podría comenzar en dos semanas. Con respecto al personal de la delegación IX, el interventor habló de "revisar caso por caso". Y la impresión que se llevó la fuente fue que "los ojos (para el achique) están puestos en Rosario".
Durante el encuentro, la diputada Liliana Lissi (UCR Santa Fe) le pidió que también se ocupe de "negociar los intereses de la deuda del Pami y los costos de los medicamentos y las prestaciones". Remarcó que "si hay que poner orden que se ponga, pero no se debe nivelar para abajo".
Pistorio admitió que la racionalización afectará a las 35 delegaciones del país y que se va a "restructurar la masa salarial" de los empleados.
Salarios recortados
Con respecto a los sueldos, parte del personal sufrió un descuento del 26 por ciento cuando fue a cobrar. Son aquellos que ganan entre 500 y 1.000 pesos y representan el 45 % del total de agentes de la Uppri y la delegación, según datos oficiales.
Esto obedece a que la poda salarial del 13 por ciento no se aplicó a los sueldos de julio y se hizo por partida doble en los de agosto. Entonces, el Pami decidió acreditar "un adelanto" en favor de los empleados para que el impacto financiero no sea tan fuerte. El gerente de Recursos Humanos, Eduardo Silvano, confirmó que ese adelanto estará disponible "mañana (por hoy) o más tardar pasado mañana (por mañana)".
Ese adelanto se descontará en dos cuotas (en los sueldos de septiembre y octubre) cuando afecte en menos de 80 pesos y en tres cuotas (septiembre, octubre y noviembre) en los casos de montos superiores a 80 pesos.
Aseguraron que los jefes de área ya sabían del problema, incluso para la delegada de ATE Pami, Claudia Indiviglia, era "previsible", aunque no dejó de rechazarlo. Sin embargo, la cuestión generó tensión entre los empleados.
Los gremios seguirán con la lucha en defensa de los policlínicos. Mañana harán una movilización hasta el municipio para pedirle al intendente Binner su apoyo a los Pami I y II.