Alsina y Cochabamba, 9.15 de ayer. Aldo Zapata, de 45 años, es detenido por agentes de tránsito de la Municipalidad por conducir un remís ilegal. Y a pesar de que se resistió a bajarse del auto, la grúa lo enganchó y empezó a trasladarlo hasta la dirección municipal. Pero en el camino, el remolcador fue interceptado por otros remiseros, quienes con sus vehículos lo obligaron a detenerse en Oroño y Cerrito. El segundo capítulo de la historia se desarrolló dos horas más tarde en la comisaría, donde la dueña del Renault 19 bordó -detenido- presentó la documentación correspondiente y el chofer prestó declaración. Después de varias horas de estar demorado, Zapata quedó en libertad cerca de las 14. En tanto, el vehículo permanece en la dependencia policial bajo la custodia de la jueza municipal de faltas en turno, María Cristina Zorzoli. "No pienso bajarme del auto porque me lo van a llevar al corralón", dijo Zapata desde la ventanilla del vehículo estacionado en el sector central de Oroño y rodeado por alrededor de ochenta conductores de la remisería "Cinco estrellas", de Villa Gobernador Gálvez. La dueña, Lidia Gómez, también se quedó en el auto. "Es la tercera vez que me detienen el vehículo. Y la última vez para sacarlo del corralón tuve que pagar 700 pesos", dijo Gómez, mientras reconocía: "Otra no me queda, tengo que darle de comer a cuatro chicos y ésta es mi fuente de trabajo". El argumento de la mujer es la misma que brindó la mayoría de los remiseros que se llegaron para "acompañar y defender" a Zapata. "Todo el que maneja un remís ilegal lo hace porque tiene que mantener una casa", "No estamos robando, estamos trabajando para llevar el pan", son los fundamentos de estos trabajadores cada vez que se hace un operativo de este tipo. Sin embargo, el relato del remisero interceptado no concuerda con el de los agentes de tránsito que detuvieron el auto. "Vimos que llevaba un pasajero y lo detuvimos. Le pedimos que se identificara y le preguntamos al cliente si había subido en Villa Gobernador Gálvez o en Rosario, y como lo hizo en la ciudad tuvimos que demorarlo" fue la explicación del jefe del operativo de Tránsito, Carlos Taldo. Zapata, en tanto, sostuvo que no era "casualidad" que lo agarraran a él: "Ya me conocen", explicó. Y es verdad, lo tienen identificado porque el 30 de mayo de este año, en un operativo similar que se realizó en Alsina al 500, amenazó con prenderse fuego. Esta vez no hubo intimaciones, corridas ni heridos, tal como sucedió en varias oportunidades. El auto, la grúa, móviles y efectivos policiales, agentes de la Dirección de Tránsito municipal, remiseros y algún que otro curioso estuvieron parados en el bulevar hasta las 11.15. A esa hora, Zapata, la dueña del auto, Marcelo Bassi (hijo del titular de la empresa de remises) y varios empleados se dirigieron a la seccional 5º (Italia al 2100). Gómez se resistía a ir a la comisaría por miedo a que le llevaran el auto al corralón municipal, pero finalmente accedió. Tuvo que presentar la documentación en regla del vehículo y el chofer debió explicar cómo fueron los hechos. La mujer se retiró enseguida, pero Zapata quedó demorado durante varias horas hasta que fue puesto en libertad.
| La grúa debió detenerse por la fuerte resistencia. | | Ampliar Foto | | |
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