Año CXXXIV
 Nº 49.230
Rosario,
miércoles  05 de
septiembre de 2001
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Analiza por qué "El hijo de la novia" triunfó en el festival de cine de Montreal
Ricardo Darín: "La película ganó porque llega al corazón"
El actor, una de las figuras del filme de Juan José Campanella, dijo que el premio "fue fantástico"

Paulo Pécora

El actor Ricardo Darín, protagonista de la exitosa "El hijo de la novia", de Juan José Campanella, que anteanoche ganó dos importantes premios en el festival de cine de Montreal, afirmó ayer desde esa ciudad canadiense que el filme triunfa "porque llega al corazón y al mismo tiempo divierte y entretiene" al espectador.
"Simplemente se trata de una película que cuenta una historia que llega al corazón en forma contundente y al mismo tiempo divierte y entretiene. La fusión entre las dos cosas la convierten en un filme que gusta a todos", explicó Darín.
La película de Campanella, donde Darín interpreta a un individuo que rehace su vida a partir de varios sucesos sorpresivos, entre ellos un infarto y la noticia de que su padre contraerá matrimonio con su madre, encabezó por tercer fin de semana consecutivo la taquilla de los cines argentinos.
Pero su éxito no es sólo local y comercial, sino que se extiende al plano internacional, ya que en Montreal recibió el Gran Premio del Jurado, el segundo en importancia de ese certamen, y además lo laurearon como Mejor Película Iberoamericana del festival, un premio que representa los aplausos y las preferencias de los espectadores.
"Es una historia muy bien contada desde todo punto de vista y tiene un criterio general muy efectivo, que hace que la gente asista a un espectáculo que se parece mucho a la vida misma, con todas las emociones que ello implica", dijo Darín, que también se destacó últimamente por su actuación en "El mismo amor, la misma lluvia", de Campanella, y "Nueve reinas", de Fabián Bielinsky.
El actor es también una de las figuras principales del filme "La fuga", de Eduardo Mignogna, que este mes competirá por la Concha de Oro en el festival de cine de Donostia-San Sebastián, otra muestra que como Montreal tiene categoría A.
"En este y otros filmes las bases del éxito son tener una buena historia entre las manos, y la habilidad de la dirección para convocar a un elenco que cumpla bien en cada rol", destacó Darín, quien en "El hijo de la novia" compartió cartel con Héctor Alterio, Norma Aleandro, Natalia Werbeke y Eduardo Blanco.
Respecto del estupendo recibimiento de público y crítica que la película tuvo en Montreal, Darín opinó que "fue fantástico y muy emocionante por muchos motivos".
Y añadió: "Nos estimularon muchísimo. Que nos hayan halagado y acompañado tanto me parece muy significativo. Es algo que se termina de corroborar con el premio del público y que yo viví de un modo muy especial".
"Al principio, no esperaba que el filme ganara algún premio -recordó Darín-, pero con el correr de los días los comentarios a favor se hicieron muy fuertes. En ciertos momentos, no lo niego, todos empezamos a tejer algunas expectativas. Lo más fuerte es que haya sido la única película del festival que obtuvo dos premios".
En la votación del público de Montreal, "El hijo de la novia" quedó primera, y detrás de ella quedaron otras dos películas argentinas: "El lado oscuro del corazón 2", de Eliseo Subiela, y "Herencia", opera prima de Paula Hernández.
"Fueron las tres primeras películas que votó el público. Algo impresionante y conmovedor", definió Darín, quien se prepara para regresar a Buenos Aires y retomar las funciones de la obra teatral "Art", que en su cuarto año consecutivo "es algo que -afirmó- me gusta hacer y me llena de orgullo".
Obra de lenguaje cinematográfico clásico, "El hijo de la novia" (coproducción entre Pol-ka, Patagonik y Jempsa, por Argentina, y Tornasol, por España) es ya uno de los títulos argentinos del año, no sólo por su potencial comercial sino -sobre todo- porque apela con efectividad a una fórmula que su director conoce bien: la emoción.
Las emociones y el humor que campean en el filme son elementos que Campanella demostró manejar con soltura y profundidad en "El mismo amor, la misma lluvia", donde abordó el género de la comedia dramática al frente de un equipo algunos de cuyos nombres repitió en "El hijo de la novia": Darín como protagonista, Eduardo Blanco como actor secundario y Fernando Castets en la escritura de diálogos y situaciones inteligentes, disparatadas y emotivas.
Acerca del grupo que conforman los cuatro, Darín aseguró que "no existen los equipos perfectos. Campanella y Castets trabajan desde hace mucho tiempo juntos y escriben muy bien. Blanco y yo tuvimos la suerte de haber sido convocados, y la cosa funcionó".
Una de las mayores virtudes del filme -aparte de su impecable realización, su ritmo incesante, su guión y las actuaciones de los protagonistas- reside en su capacidad para subrayar los valores perdurables de instituciones como la familia y los amigos, y el sostén y la contención que pueden otorgar en los peores momentos.
A través de personajes, conversaciones y momentos realistas y verosímiles, Campanella construye con agudeza una idiosincracia argentina, abundante en grandes claroscuros, contradicciones, agachadas y heroísmos cotidianos, profundos afectos, alegrías, tristezas y esperanzas.
Mediante la estrecha identificación que la película establece entre sus personajes y sus espectadores -al reflejar problemas y conflictos vividos de la misma manera por más de uno-, "El hijo de la novia" plantea cuestionamientos y dudas acerca de los caminos que cada persona elige para recorrer su propia vida.



La película recibió dos premios en Montreal.
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