Las últimas dos muertes de personas atacadas por tiburones conmociona a la población de la costa del Este estadounidense. Ante ello, helicópteros de la Guardia Costera de Estados Unidos comenzaron ayer a patrullar las playas de Virginia y Carolina del Norte. El temor reflotó luego que anteayer murió un hombre de 28 años a causa de las heridas que recibió mientras nadaba en aguas de Avon, en Carolina del Norte.
Después de largas horas de incertidumbre sobre qué tipo de animal había atacado al hombre, las autoridades establecieron que se trató de un tiburón. Una vocera del Servicio de Parques Nacionales dijo que Sergei Zaloukaev murió a causa de la masiva pérdida de sangre provocada por las múltiples mordeduras de tiburón.
El sábado por la noche, un niño de diez años, David Peltier, fue la primera víctima mortal de los tiburones durante el fin de semana largo del Labor Day en Estados Unidos, esa vez en la playa de Virginia Beach, a unos 160 kilómetros al sur de Avon.
Ante la inquietante situación, la Guardia Costera inició ayer sus rondas de patrullaje aéreo sobre la zona. Varias personas resultaron heridas en el fin del verano en las costas del este de Estados Unidos, despertando la preocupación sobre la insólita "epidemia" de escualos. En el ataque de Avon, las víctimas fueron Zaloukaev y su novia Natalia Slobonskaya, de 23 años, ambos de nacionalidad rusa y residentes respectivamente en Arlington y en Vienna, en las afueras de Washington. Sergei murió por las heridas y Natalia quedó internada en terapia intensiva tras perder el pie izquierdo a causa de las mordeduras. Ambos estaban volviendo a la arena de la popular zona de playas en una parte en que las aguas del mar alcanzan apenas el metro y medio, cuando varios testigos los oyeron gritar desesperadamente.
Según el relato, ambos lograron alcanzar la playa, pero Sergei había ya perdido una pierna. "Estaba lúcido y podía hablar", dijo Gary Harkin, el primer bañista que acudió a socorrer a la pareja. Harkin trató de contener la hemorragia con una camiseta y una amiga intentaba darle respiración boca a boca cuando el joven ruso se desvaneció en la arena. Cuando llegaron los paramédicos, el corazón de Sergei ya estaba a punto de sucumbir al dolor y la conmoción.
Los tiburones son una presencia habitual en las playas de Carolina del Norte, donde ayer los bañistas se mantenían alejados de las aguas, pero esta es la primera vez que matan en los últimos 44 años.
El ataque del sábado en la noche fue igualmente dramático. David y su padre, Richard Peltier, ambos residentes en Virginia Beach, se estaban bañando, también en una parte poco profunda, cuando fueron alcanzados por un tiburón.
El escualo mordió a David en una pierna, pero el padre del niño logró rescatarlo tras golpear al tiburón en la cabeza. Las dentelladas provocaron una hemorragia que finalmente resultó mortal.
Otro niño, Jessie Arbogast, de ocho años, fue atacado en julio último por un tiburón en una playa de Florida. El pequeño perdió el brazo derecho por las mordeduras, pero un tío logró recuperar el miembro, que le fue reinjertado.
Cancelan defensa de los escualos
El mayor grupo animalista estadounidense canceló una campaña en favor de los escualos debido a los recientes ataques contra seres humanos. La Peta (People for the Ethical Treatment of Animals) había preparado carteles publicitarios y una serie de póster con la inscripción: "¿No darías tu brazo derecho para saber por qué los tiburones atacan? ¿Podría ser por venganza? Convertite en vegetariano". La frase contenía una evidente alusión al episodio ocurrido en julio en Florida.
Peta, que deseaba lanzar la campaña pro-escualos en Florida y en diferentes localidades balnearias norteamericanas, hizo saber ayer que renunciaba al plan.
Cien millones de estos animales mueren al año en capturas, según datos de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura. Además hay 70 especies en la lista roja internacional, algunas de ellas en peligro de extinción.