| | cartas A mi escuela en sus 75 años
| Cómo expresar los afectos, cómo hacerte saber cuánto se moviliza mi ser al evocar tu historia tan unida a mi vida. Cómo definir lo que se siente muy adentro de oír tu nombre, cómo no suponer las formas en que reaccionaría por defenderte. Para quien no te conoce puede parecer una utopía. No tengo forma de representarte, no eres solo paredes, pisos y techos... eres la vida que se renueva cada año con niños que vienen y se van. No te quedas en un lugar ni permaneces en el tiempo, vas donde la libertad te llama, vuelas con las alas que le diste a tus alumnos, creces cuando ellos triunfan, renaces cada vez que con orgullo te nombran, descansas cuando las cosas no andan del todo bien y sufres si sabes que están tristes. Es que tú, escuela mía, vives hoy por la vida de los que alguna vez fuimos tu historia y vivirás mucho más por los que no dejamos de estar en tus raíces que existen para que no olvidemos el origen en aquel 1926, en ese humilde lugar del bajo Ayolas, en una casa hermosa que tenía un cielo de glicinas. Estás en mis sentimientos, aferrada a mi ser, me siento tu dueña, Escuela Justo Germán Deheza Nº114 con semi-internado Nº5114, a la vuelta de tu historia, sueño que me esperas para festejar muchos años más. Teresa M. de Zalgas
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