Año CXXXIV
 Nº 49.229
Rosario,
martes  04 de
septiembre de 2001
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Cambia de hábito
Arriola pasó de la barra a la primera de Central

Miguel Pisano

"Cambia de hábito". Así se titula el libro que Maximiliano Cuberas le regaló al volante ofensivo Gustavo Arriola y que Tom leía en el viaje hasta el Gigante de Arroyito, antes del partido que Central le ganó a Talleres el domingo, en el que se erigió en una de las figuras cuando entró en el complemento y, junto a Pirulo Rivarola, le cambiaron la cara al equipo de Jota Jota López.
"Es un libro que habla de los deportistas y de la Iglesia cristiana, de cómo un deportista debe tener actitudes de un cristiano", confía Tom con su timidez habitual, su calva a lo Ronaldo y su mirada de niño grande.
"Desde que salí en la nota del diario la gente me para por la calle y me felicita porque sigo siendo el mismo", cuenta Tom con la inocencia y el orgullo propios de su origen arrabalero, en los bravos pagos del Tanque Grandoli, en el lejano sur rosarino.
"Yo ando con el auto y voy a todos lados porque sigo siendo el mismo. Si paso por un quiosco y los pibes me invitan a tomar una cerveza, me bajo y la tomo. No puedo estar todo el día con ellos como antes porque ahora soy un jugador profesional, pero yo soy así y no voy a cambiar mi forma de ser", asegura Arriola después de su buena actuación del domingo.
-¿Y qué te dice la gente?
-La gente me para por la calle para saludarme y me felicita porque sigo siendo el mismo de cuando iba a la barra. Si yo los conozco a todos los pibes desde cuando iba atrás del arco.
-El tema es que ahora sos una figura pública y no podés hacer todo lo que hacías antes.
-No. Yo a eso lo tengo claro. Pero yo no soy un careta y digo lo que pienso. Yo puedo ir a todos lados. Si me invitan a comer un asado a Las Flores, que es un barrio bravo donde no cualquiera entra, yo puedo ir tranquilo porque los conozco y ellos me conocen. Ahora tengo un 205, pero cuando voy a la casa de mi hermana a veces lo dejo, agarro la bicicleta y me voy pedaleando como hice siempre.
-¿Es cierto que tenés pensado volver a estudiar?
-Sí. Recibí una carta de una maestra, que me felicitó por mi forma de ser y me ofreció volver a estudiar. Yo terminé la primaria, pero ahora quiero volver a estudiar. Aunque soy duro, voy a tratar de hacerlo. Te voy a traer la carta porque es muy lindo lo que me dice.
-¿Y los hinchas de Newell's, qué te dicen?
-Algunos me dicen algo porque saben que soy de Central, pero yo siempre fui de Central a morir. Después de los partidos yo voy a bailar, como siempre. Y la otra vez dos de la barra de Newell's me quisieron pegar en un baile, entonces estaban mis amigos de la barra, que no son ningunos boludos, y los sacaron a las piñas hasta la puerta.
-¿Este Central tiene más sacrificio que fútbol?
-No, no creo que sea así. Lo que pasa es que todos los partidos son parejos, pero a este por suerte lo pudimos ganar en el segundo tiempo.
-¿Ahora les falta mejorar el juego después de la victoria?
-No sé. Lo que queríamos era ganar, y ahora tenemos una semana para trabajar tranquilos.
-¿No estabas para jugar todo el partido?
-No, no estaba porque cuando entré hice un par de jugadas y me ahogué y no me podía recuperar.
-¿Sentiste alguna molestia?
-Sí, al principio sentí un pinchazo en la rodilla, pero después me recuperé.
-¿Te sentís más cómodo como enganche?
-Sí, yo siempre jugué de enganche. Por ahí si me ponen en otro puesto juego porque quiero jugar, pero yo siempre jugué de enganche.



Tom admite que no estaba para jugar un partido entero.
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