La Administración de Parques Nacionales (APN) presentó un proyecto de gestión turística integral para los parques nacionales que intenta definir una estrategia de trabajo a 10 años con objetivos a corto y mediano plazo. Según explicó el presidente del directorio de Parques, Marcelo López Alfonsín, el plan fue concebido a partir del fuerte atractivo turístico que, en los últimos años, han desarrollado esas zonas de distintas provincias.
Es que, de acuerdo con datos oficiales que maneja el organismo, tan sólo en el Parque Nacional Los Glaciares, en Santa Cruz, ingresaron el año pasado unos 100 mil turistas que dejaron unos 40 millones de pesos en el pago de servicios turísticos diversos y que constituyen "la fuente más importante de ingresos de la zona".
Asimismo, el Parque Nacional Iguazú, el más visitado del sistema, recibe unos 600 mil visitantes al año que dejan unos 200 millones de pesos, mientras que el conjunto de los parques patagónicos fue visitado por un millón de personas en 2000.
La Quebrada de Talampaya, en La Rioja, de reciente creación, se convirtió en un verdadero éxito: el flujo turístico actual es 15 mil turistas, "pero esta cifra se fue incrementando año por año y seguramente se duplicará en pocos años más", afirmaron en la APN.
De este modo, los números demuestran no sólo el potencial del sistema sino también el crecimiento de una industria paralela con eje en las pequeñas economías regionales, en muchos casos, pequeños pueblos vecinos a los parques que aportan la infraestructura de servicios requerida por los turistas.
"Aspiramos unir una política de conservación muy fuerte, junto con un plan de desarrollo turístico que tenga el menor impacto ambiental posible", explicó el funcionario.
Cambio de enfoque
Para López Alfonsín, el uso público creciente que se hace de los parques, significa un "cambio de enfoque que de parques nacionales cerrados pasó a parques abiertos" y que comenzó con el traspaso de la APN a la órbita de la Secretaría de Turismo de la Nación.
Sin embargo, la actividad turística en los parques conspira contra el objetivo central del sistema: la conservación de las áreas protegidas y, aunque ambos usos no son incompatibles, la experiencia internacional indica la necesidad de establecer planes de manejo que hagan posible la convivencia entre los visitantes y la preservación del medio ambiente.
Así, el plan propuesto contempla "una mejor zonificación de los parques, la declaración de zonas intangibles y zonas de amortiguamiento, un fuerte trabajo con los municipios vecinos y la realización de estudios de capacidad de carga", explicó el funcionario.
El proyecto, sintéticamente, tiene tres ejes: conservación, uso público turístico y educación ambiental y está pensado a 10 años de plazo.
No obstante, López Alfonsín consideró que "en los próximos dos años esperamos completar los planes de manejo y los estudios de capacidad de carga".
En paralelo, la APN intentará también mejorar la infraestructura de atención a los visitantes con el aporte, en primera instancia, de los concesionarios privados que prestan servicios dentro de los parque.