En 1996, cuando sólo le faltaban cuatro materias para recibirse, abandonó la carrera de analista de sistemas que cursaba en la Tecnológica luego de ser atrapado por los nuevos horizontes que se abrían con Internet. Federico Seineldin, de él se trata, montó entonces el primer servidor para acceso a la red del interior del país y creó Openware, una empresa pyme del rubro tecnológico. Hoy, con 32 años y una firma que da empleo a 17 personas, acaba de ser elegido entre 500 postulantes latinoamericanos por la ONG norteamericana Endeavor, que selecciona emprendedores de países emergentes.
La distinción significa una catapulta para los negocios de Openware, porque brinda una llave que abre puertas para acceder a recursos financieros, asistencia técnica y servicios de consultoría. Con este pan bajo el brazo, Seineldin prevé duplicar su facturación en un año y planea una inversión de cuatro millones de dólares durante el próximo bienio.
Endeavor es una organización sin fines de lucro que promueve desde 1997 nuevos modelos de desarrollo económico y social en los mercados emergentes, por medio de la selección de emprendedores que sirvan como ejemplos a emular.
En la Argentina han sido elegidos, entre otros, Juan Maggio, presidente de la aerolíneas SW; Mario Pergolini y Diego Guebel, de la productora Cuatro Cabezas; Wenceslao Casares, fundador del sitio financiero Patagon.com; y los rosarinos Martín Méndez y Adolfo Roullion, de Amtec/Neoris.
A los elegidos Endeavor les brinda información y contactos estratégicos con expertos e inversores locales e internacionales, asesoramiento para el diseño de planes de negocios y el conocimiento acumulado por su red de emprendedores.
El perfil empresario
Openware provee soluciones de infoestructura para plataformas de tecnología (IT). La compañía atiende las necesidades de las compañías y a los proveedores de servicios en el desarrollo y la transición hacia modelos de negocios basados en tecnologías de redes. En otras palabras, son la manteca del sandwich entre los proveedores de telecomunicaciones e Internet y las plataformas de software que poseen las corporaciones en sus sistemas.
Este perfil distintivo de Openware, no ser una empresa productora de software ni puntocom fue el que mereció la atención de Endeavor. "Les brindamos a las empresas, en particular a las pymes, la posibilidad de volcar sus sistemas operativos en la red sin tener que gastar plata en nuevos equipos ni software", explica Seineldin.
De todos modos, el factor que destacó Openware a la ahora de la premiación fue el proyecto de una línea de servicios, denominada Umana, que consiste en brindar servicios gestionados de tecnología en forma remota a cualquier parte del mundo.
"Con la tecnología del proyecto Umana podemos dar soluciones desde la Argentina en forma remota por medio de Internet, y estamos en condiciones de armar un extranet para una empresa en 48 horas, sin tener que enviar programadores al cliente y sin que la empresa deba afrontar una reorganización administrativa interna".
"El concepto que impulsa al proyecto Umana pasa por que las pymes dejen de considerar a Internet como algo complejo. El empresario la tiene que ver como un enchufe en la pared", enfatiza Seineldin. El proyecto es escalable y la idea de Openware es expandir la oferta desde Rosario hacia toda Latinoamérica.
Capacitación en el interior
El modelo de negocios tiene también una interesante peculiaridad en materia de recursos humanos, porque se complementa con un plan de capacitación de recursos humanos en pueblos del interior. El proyecto prevé el desarrollo de una fuerza laboral calificada y a costos competitivos, que generan oportunidades de trabajo en pequeñas comunidades que hoy afrontan riesgos de despoblamiento por el éxodo de los jóvenes que emigran hacia las grandes ciudades.
Seineldin cuenta que el espaldarazo recibido lo impulsó a una acelerada reestructuración de los planes de negocios. La compañía facturó 1,6 millón en el ejercicio que finalizó en agosto de 2000 y prevé duplicar las cifras del 2001 en el período que acaba de comenzar. Describe que el premio es "una catapulta" que lo obliga a avanzar más rápido, y se maravilla por la facilidad con que pudo acceder a un convenio de asistencia con profesionales del MIT de Massachussets, con los cuales se pondrán a trabajar en forma remota durante los próximos dos meses y que luego vendrán a trabajar por un mes en Rosario.
Aunque admite que el reconocimiento de Endeavor lo dejará un poco al margen de la crítica situación que atraviesan la mayoría de las empresas pymes como la suya, incluso las de tecnología, no deja de lamentar la escasa atención que se le presta a un sector "que vino demostrando una gran potencialidad en materia de empleo, que muestra una gran dinámica y capacidad de crecimiento, y con gran potencialidad para exportar valor agregado".