Año CXXXIV
 Nº 49.226
Rosario,
sábado  01 de
septiembre de 2001
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Torneo del Interior
Rugby: Concierto de penales en Fisherton
Jockey Club y Cardenales de Tucumán igualaron en 22 por la última fecha de los partidos de ida

Jockey y Cardenales abrieron anoche la última fecha de los partidos de ida del torneo del Interior con un empate en 22, en un encuentro que fue un verdadero concierto de penales. Esa paridad hizo que ambos repartieran los puntos, por lo que siguen liderando la zona 1 del campeonato. El partido no fue bueno. El conjunto verdiblanco tuvo el control de pelota y dominio territorial pero no logró resolver la férrea marca que le planteó el equipo tucumano, que, como dato, recién cruzó la mitad de cancha con pelota dominada a los 12 minutos. El line fue para los locales, pero en el scrum y en los mauls sufrió el oficio típicamente tucumano de la visita.

Una de las grandes falencias que tuvo ayer el equipo de Fisherton estuvo en la faz defensiva. Careció de tackle, lo que en cierta medida facilitó los pocos ataques de Cardenales.
El primer try del partido devino de una jugada preparada. Un penal para los verdiblancos de Fisherton que comenzó en las manos de su medio scrum, pasó por su apertura, quien puso un preciso kick por encima de la defensa, y que posibilitó la entrada de Fernando del Castillo quien apoyó y abrió el marcador.
No obstante, no sería la única conquista del primer período. Antes de que concluyera, knock on mediante, Cardenales llegó al try y estableció el 11-10 favorable con el que terminó la etapa.

Falta de tackle
Mas allá de la defectuosa forma con que se dio la conquista, el local evidenció una llamativa falta de tackle, cosa que repitió en los minutos iniciales del complemento, en el try de Carrizo.
Después fue un concierto de penales para ambos lados. Di Bernardo, por el de Jockey, y Juan Rodríguez, por el de Cardenales, tuvieron su propia pulseada, mientras los minutos fueron corriendo.
Ambos tuvieron en sus pies la posibilidad de quebrar al rival, pero el pitazo final del cordobés Javase encontró a los dos en un pie de igualdad, quizás un premio excesivo para la visita y un castigo muy grande para el dueño de casa que hizo todo el gasto.


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