La Plata.- En los primeros ocho meses de este año, más de 60 personas murieron asesinadas a manos policiales y de otras fuerzas de seguridad en casos de "gatillo fácil" ocurridos en Capital Federal y el Gran Buenos Aires, según denunció la Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional (Correpi). De acuerdo a la estadística de la entidad la cifra implica una duplicación en el número de episodios registrados.
Así lo confirmó María del Carmen Verdú, abogada de la Correpi, quien precisó que "desde principios de este año se registraron más de 60 casos de gatillo fácil, verificados y chequeados, en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires".
"Esto supone un importante aumento, ya que otros años, en ese mismo período, sólo teníamos entre 20 y 30 casos", precisó la letrada.
Verdú dijo que "en la mayoría de esos episodios las víctimas son jóvenes y pobres" y remarcó que la edad promedio de los asesinados "es de 17 años".
"Desde 1983 hasta diciembre de 2000, unas 833 personas fueron asesinadas por la policía o la Gendarmería Nacional en todo el país y suponemos que a fin de año llegarán a casi mil los casos", detalló la abogada de la Correpi.
Verdú explicó que "de esos 833 casos, unos 121 murieron entre el 1 de diciembre de 1999 y el 1 de diciembre de 2000; y otras 11 en el curso de 2000, a un promedio de 10 víctimas por mes".
Modalidades
De los hechos registrados desde 1983 a diciembre de 2000, unos 366 son casos de gatillo fácil cometidos en la provincia de Buenos Aires, es decir el 43 por ciento de los casos.
Le sigue la provincia de Santa Fe, con 105 casos; Córdoba con 100; la ciudad de Buenos Aires con 65 casos; Mendoza con 34 y Corrientes con 24; entre otros.
Otro dato que surge del relevamiento de la Correpi es el bajo nivel de resolución judicial, que alcanzaría un 15 por ciento.
Tres son las modalidades de "gatillo fácil" que se incrementan año a año: la muerte de transeúntes por parte de funcionarios policiales; el fusilamiento de quienes son sospechados de cometer delitos y la muerte de personas privadas de su libertad, ya sea en comisarías o penales.
Entre las víctimas más jóvenes figura un bebé de 9 meses que murió el 2 de setiembre de 2000 tras recibir un balazo de una comisión policial, en Dock Sud, en momentos en que era llevado en un cochecito por su madre, Valeria Romero.
Manuel De Souza Grande, de 83 años, es una de las víctimas de mayor edad, y fue asesinado el 23 de julio de 1993 en la localidad de Ezeiza.
Ese día, De Souza viajaba en una ambulancia y tras un incidente de tránsito, el vehículo fue perseguido durante 15 cuadras por un policía, que efectúo varios disparos, uno de los cuales mató al anciano.