La Justicia local recibió la denuncia de un presunto servicio que se ofrecía en la ciudad, consistente en hacer un trabajito en los medidores y ahorrar así hasta un 90 % de la energía que se consume. El negocio se proponía en un volante donde constaba un número de celular al que se podía llamar. No obstante, el jefe de disciplina de mercado de la Empresa Provincial de la Energía (EPE), Leopoldo Miranda, dijo que "no hay nada que haga disminuir el consumo de energía, a menos que se trate de la toma de conciencia de la gente". El robo de energía ya es moneda corriente en las calles de Rosario. Todos los meses entran 300 casos a Tribunales y los directivos de la EPE afirman que hay miles de presentaciones que aún esperan una resolución de la Justicia. Fue la Defensoría del Pueblo la que llevó a Tribunales días atrás el volante anónimo en el que se leía: "Ahorre entre un 20 y 90 % de energía". La frase iba acompañada de un número de celular, que inclusive coincidía con uno de los que se publicó en algunos diarios de la ciudad. "Vino mucha gente a la Defensoría con este papel, en el cual ofrecían reducir el consumo de la EPE colocando un aparato en el medidor", dijo María Bressa, funcionaria del organismo provincial. Cuando fueron a la Justicia se encontraron con la novedad de que no eran los únicos que habían presentado casos de ese tenor. La gravedad de la situación se grafica con el hermetismo evidenciado en Tribunales cuando se requierió información sobre el tema. "Cualquier dato sobre nuestro trabajo puede perjudicar la investigación", dijo un colaborador del juez de instrucción que lleva la causa presentada por la Defensoría. Miranda defendió el accionar de la Justicia en este tema. "Es lenta, pero llega. Cada vez hay más casos que se resuelven a favor de la empresa, y no hablamos de gente carenciada, sino de comerciantes y personas de buena posición", expresó. El funcionario dio por tierra algunas afirmaciones de aquellos que roban electricidad. "Es mentira que el aparato disminuye la energía. Es más, generalmente van a los domicilios a los pocos meses para tocar directamente el medidor", enfatizó. Uno de los factores que más incrementó la intención de hurto fue la crisis social. "Este año se vio un notable aumento de cajas con los precintos rotos o vulneradas de alguna manera. Estimativamente hay un promedio de 300 casos mensuales presentados ante la Justicia", señaló. "Pero la gente no se debe dejar engañar -agregó- ya que la empresa hace controles informáticos y si el cliente baja apenas un 20 % su consumo promedio ya pasa al rubro de «clientes a inspeccionar». Desde que comenzó el Plan de Normalización de Clientes y el de Normalizaciones Técnicas de Suministros en 1997, la EPE ya envió miles de casos de robo de energía a la Justicia. A fines del año pasado se llegaron a regularizar 21 mil suministros en barrios de bajos recursos, como Empalme Graneros, La Paloma, Malvinas, Mangrullo, Gorriti Sur, y el de Circunvalación y Provincias Unidas, entre otros. Estos trabajos continuarán en gran cantidad de villas de emergencia locales y distintas zonas de la ciudad en un proyecto que se llevará a cabo hasta fines de 2002. La movida de la EPE llevó a que la Asociación Empresaria le remitiera una nota al interventor Antonio Caro, en la que le preguntaban si los nuevos medidores modificaban la lectura tradicional del consumo y si esto se traducía en mayores costos. Desde la empresa procuraron llevar tranquilidad. En principio, aseguraron que los equipos instalados no implican un cambio en la lectura del consumo, y además que las tareas de mantenimiento no tienen costo alguno sobre las boletas de los clientes.
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