Bogotá. - Washington apoya los esfuerzos de paz del presidente Andrés Pastrana y quiere un mayor énfasis en los programas sociales del plan Colombia, la más grande ofensiva contra las drogas lanzada en Colombia, dijo ayer un funcionario de alto rango de EEUU. Marc Grossman, subsecretario de Estado para Asuntos Políticos y líder de un comisión diplomática de 40 miembros que está visitando Colombia, instó a Pastrana a continuar el diálogo con la principal guerrilla del hemisferio como única forma de concluir una guerra que desde hace de 37 años desangra al país. "Respaldamos el plan Colombia porque reconoce que la solución negociada es la única vía para alcanzar la paz", sostuvo Grossman en una conferencia de prensa.
El funcionario se mostró favorable a que EEUU desembolse más rápidamente los 1.000 millones de dólares comprometidos para el plan Colombia, ya sea en recursos militares o simplemente en efectivo para poner en marcha diversos aspectos del mismo plan. Los delegados aseguraron que EEUU podrían considerar incrementar la asistencia a las fuerzas armadas colombianas, las cuales reciben entrenamiento de militares estadounidenses, para continuar asestando exitosos golpes contra el narcotráfico. "Necesitamos hablar más sobre el tema para saber si podríamos hacer eso", dijo uno de los comisionados.
Grossman dijo que el plan Colombia debe hacer mayores esfuerzos para modernizar la Justicia, rehabilitar a los soldados menores de edad y proteger a sindicalistas, activistas proderechos humanos y otros civiles de los rebeldes izquierdistas y los paramilitares de ultraderecha.
Los funcionarios corroboraron que el narcotráfico es un asunto de responsabilidades compartidas entre consumidores y productores y ratificaron que es indispensable continuar con los programas alternativos de cultivos de productos agrícolas. Aunque EEUU no participa militarmente en el conflicto interno, los comisionados aseguraron que la ofensiva antinarcóticos desestabiliza las finanzas de las guerrillas izquierdistas y los paramilitares de ultraderecha, quienes lucran con el tráfico de drogas.
El narcotráfico es una de las piedras angulares del conflicto interno, el que en la década pasada le costó la vida a 40.000 personas.
La única salida
Pese a la gran oposición de diversos sectores por la fumigación aérea de cultivos ilícitos con glifosato -químico que incluso es empleado en EEUU-, Grossman afirmó que esta táctica combinada con la erradicación manual voluntaria son indispensables en la reducción de la producción de drogas. Sin embargo, dijo que los gobiernos estadounidense y colombiano "verían con buenos ojos" un nuevo estudio de los procedimientos y efectos de la aspersión con este químico.
El funcionario instó a la renovación en diciembre de 2001 de la ley de comercio de preferencias andinas, conocida como ATPA, para aumentar el comercio entre Colombia y sus vecinos como fuente de ingresos distintos al de las drogas.
Aunque se esperaba que la delegación diplomática empujara al gobierno Pastrana hacia una línea más dura contra los rebeldes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), la guerrilla más antigua y numerosa del continente, Grossman insistió en la necesidad de negociar para lograr la paz.
No obstante, reconoció que las Farc han abusado de los colombianos y de la comunidad internacional, entre otras razones, por el empleo que le han dado al enclave desmilitarizado bajo su poder desde 1998, cuando el gobierno les cedió este terreno para desarrollar los diálogos de paz. El enclave ha sido escenario no sólo de entrenamiento de tropas rebeldes, sino cárcel de secuestrados y corredor estratégico para el tráfico de drogas y armas.
Grossman dijo que no hizo recomendaciones a Pastrana sobre si se debe prorrogar la cesión del enclave del sur del país, cuyo control por parte de los rebeldes termina el 7 de octubre.