Año CXXXIV
 Nº 49.223
Rosario,
miércoles  29 de
agosto de 2001
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Función restaurada
Técnicas para mejorar el daño cartilaginoso de la rodilla
El tratamiento se realiza mediante la reparación de la articulación inflamada, en menores de cuarenta años

Cerca de un cuarto del total de las lesiones traumáticas de los ligamentos o de la cápsula articular de la rodilla resultan en intenso dolor e impotencia funcional y pueden progresar a osteoartritis precoz. En lo pacientes jóvenes, este problema no puede ser tratado mediante el reemplazo articular debido al riesgo de pérdida precoz o rechazo de la prótesis luego de 10 años.
En un artículo publicado en el British Medical Journal, los doctores G. Bentley y T. Minas (Brigham and Women's Hospital, Harvard Medical School, Boston) detallan algunas técnicas actuales para restaurar la función de la articulación inflamada y prevenir la osteoporosis. Los especialistas efectuaron una revisión de su experiencia clínica y de laboratorio sobre la reparación del cartílago dañado y actualizaron la literatura relevante sobre el tema. También incluyeron estudios acerca del resultado, costos de la cirugía y calidad de vida de los pacientes operados.

Dolor persistente
El principal problema del tejido cartilaginoso consiste en que no se reemplaza. Además tiene pobres propiedades reparadoras debido a las escasas células del tejido; su metabolismo es bajo y la capacidad de los condrocitos para reproducirse y migrar al cartílago articular está restringida.
Las aplicaciones clínicas de la reparación articular se dirigen a los pacientes menores de 40 años con una condición dolorosa. Esta puede derivar en una osteoartritis e incluye traumatismo previo de rodilla o meniscos, seguido de dolor persistente, fracturas luego de traumatismos deportivos, y condromalacia patelar -condición común en los adolescentes- asociada a dolor persistente en la zona anterior de la rodilla.
Otras aplicaciones clínicas de la reparación articular son la osteocondritis disecante, inflamación y limitación funcional, y la osteartritis precoz secundaria a todas la condiciones anteriores.
Hasta hace poco tiempo los únicos métodos de reparación de la superficie dañada de una articulación eran la aspiración de microfracturas del hueso subcondral o la artroplastia por abrasión. Todos estos procesos provocan hemorragia articular con formación de coágulos en la superficie del hueso expuesto.

Rellenar el defecto
Desde hace 100 años, mediante parches, se realizan intentos de reparación del cartílago articular dañado. El método más difundido es el trasplante de cartílago, que puede realizarse con parches osteocondrales que incluyen una cubierta de cartílago y su hueso subcondral cortado para rellenar el defecto, parches de cartílago intacto sin su hueso subcondral pegado al área dañada, o condrocitos, aislados y cultivados.
Pocos centros de Inglaterra utilizan este método. EL cartílago para trasplante puede ser mantenido en almacenamiento químico y mecánico. EL método ofrece muchas posibilidades futuras para el trasplante de grandes cantidades de cartílago destruido (por ejemplo, en accidentes de tránsito).
Los condrocitos son cultivados durante 4 semanas y luego trasplantados al área dañada. Se trata de una operación que exige un período de rehabilitación de ocho semanas, para retomar las actividades normales, y de un año para la práctica de deportes.

Técnicas reparadoras
En un estudio acerca del impacto de este tipo de procedimiento sobre la calidad de vida, se informó que ésta mejoró 12 meses después del implante, resultado superior al observado en el reemplazo total de la rodilla. No obstante, hay problemas que limitan la eficacia de esta técnica. Entre ellos, que las células implantadas no sobrevivan ni se multipliquen, o tengan un destino incierto.
El futuro de la reparación del cartílago se orienta al cultivo de células en tejidos pretratados. Si bien una variedad de células puede crecer en la matriz artificial, se busca el implante tanto de células como de matriz.
En el futuro, el diagnóstico temprano de daño cartilaginoso podrá efectuarse mediante imágenes de resonancia magnética y técnicas genéticas. La profilaxis del daño cartilaginoso y su posterior osteoartritis pueden mejorar con el uso de factores de crecimiento para estimular la reparación del cartílago antes de la ruptura de la malla de colágeno.
El desarrollo de nuevas técnicas reparadoras de rodilla, concluyen los autores, servirá para aplicarlas a otras articulaciones con daño cartilaginoso -como la cadera, los hombros y la columna- y permitirán una reducción gradual de la prevalencia de osteoartritis.



La reparación esta dirigida a menores de 40 años.
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