Luis Castro
Aunque intenta disimularlo, Américo Rubén Gallego no lo puede evitar. Extraña a horrores dirigir. Y como para matar esa ansiedad cuando la oportunidad se le presenta concurre a una cancha para matizarla. Así lo hizo el sábado, cuando fue a ver la presentación de Central Córdoba en el Gabino Sosa ante Almagro. Claro que en esta ocasión había un condimento extra. Su hijo Jeremías integraba el banco de suplentes charrúa y el Tolo no quiso estar ausente. Vestido de negro y luciendo unos lentes oscuros fashion, el ex entrenador de River llegó bien temprano y se ubicó en la platea de los charrúas, que se sorprendían al verlo. A pesar de su imagen de tipo serio e inaccesible, el Tolo se brindó a pleno y aceptó dialogar con Ovacion. "Me parece raro no dirigir, pero estoy tranquilo. Dentro de un mes me voy a preocupar si no tengo trabajo, pero la estoy pasando bien. Por suerte tengo a mi hijo en Córdoba y cuando juega en Buenos Aires o acá lo voy a ver", dice orgulloso, quien vivió el partido como si él hubiese sido el técnico. Gesticulando y quejándose, como siempre, en cada jugada malograda de los de Tablada o en algún desacierto del árbitro. El Tolo es uno de los tantos desocupados de esta Argentina en crisis y con un alto riesgo país. Más allá de que su situación económica le permite vivir con tranquilidad, él quiere trabajar. Por eso espera ansioso alguna llamada con una oferta concreta. Una de las posibilidades era (o es) Vélez, aunque el técnico negó que haya existido algún contacto. "Nadie se acercó a hablarme. Es una institución muy grande y sería un orgullo dirigirla. Pero hay un técnico trabajando (Compagnucci) al que se debe respetar. Le deseo lo mejor porque es un buen técnico y una gran persona, pero esto se basa siempre en resultados", comenta. -Pero le interesaría. -No tendría que haber nadie trabajando. -¿Qué balance hace de su paso por River en la última etapa? -Fue positivo, simplemente se dio la circunstancia de que en los dos últimos campeonatos salimos subcampeones. No obstante, dejamos muchos pibes para que ahora puedan jugar en primera. -¿La culpa la tuvo Boca, que ganó todo? -Y... sí. Desgraciadamente Boca ganó todo, pero en los partidos que ha jugado con River por los puntos estábamos iguales. Simplemente se armó un torneo de verano con tres clásicos y ellos tuvieron la suerte de ganar los tres. Después siempre estuve empatado. -¿Cómo ve desde afuera a River Plate? -Bien. Ramón está poniendo chicos de las inferiores, jugando con un solo punta y creo que de local se lo va a ver distinto. Aunque lo tiene a Ortega y a otros chicos que pueden alternar bien. -Para seguir en el cargo en un equipo grande no alcanza con ganar, sino además hay que jugar bien. ¿Coincide que es así? -Sin dudas que es así. Hay que ganar dejando buena imagen. Nosotros peleamos los dos torneos hasta lo último y también hay que decir que tuve la desgracia de que me vendieran siete jugadores. Entonces después se hace difícil, pero ya está. Considero que mi paso por River fue muy importante. -Tras el alejamiento de Ribolzi, uno de los nombres que se barajó para hacerse cargo de Newell's fue el suyo, ¿existió tal ofrecimiento? -Sí. Hablo bastante con Eduardo (López). Cada vez que dejé de dirigir River o al final de la etapa de la selección con Passarella hubo posibilidades de dirigir a Newell's. Nunca la descarté, porque también soy hincha. Ahora hay un amigo como el Chocho, un ex compañero al que le deseo lo mejor. El día de mañana cuando no haya un técnico, si me van a buscar y no tengo trabajo, gustosamente voy a agarrar.
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