La hija del magnate de la televisión brasileña, Silvio Santos, fue liberada ayer luego de que sus secuestradores cobraron un rescate cuya cifra no fue informada pero que rondaría los dos millones de dólares. Horas más tarde la policía descubrió el lugar donde había permanecido Patricia Abravanel, de 24 años, y detuvo a varios de sus captores.
El secretario de Seguridad Pública de San Pablo, Marco Vinicio Petrelluzzi, no quiso revelar la cifra del rescate pagado por Santos, dueño de un patrimonio de 360 millones de dólares y uno de los hombres de mayor popularidad de Brasil.
Por la mañana, luego de la liberación de Patricia, Eduardo Brickman, asesor de prensa de Santos, señaló que ella había logrado escapar de los delincuentes. El secuestro de Patricia duró una semana y conmovió a Brasil ya que se convirtió en símbolo de la creciente inseguridad con que se vive en este país. Sólo en San Pablo, la capital económica y financiera de Brasil, el número de secuestros aumentó en un 60 por ciento durante el primer semestre del año, según admitió Petrelluzzi. Patricia llegó llorando ayer a las 2.50 a la mansión de un familiar, en el barrio Morumbí de San Pablo, dirigiendo su propio automóvil blindado, en el que había sido capturada por sus secuestradores el martes pasado.
La familia Santos había recibido ayer una carta escrita de puño y letra por Patricia, como una prueba de que estaba bien.
Siguiendo las exigencias de los secuestradores, Silvio Santos solicitó a la policía que no investigara el secuestro y negoció con los delincuentes a través de un teléfono celular prepago dejado por ellos al capturar a su hija. Este tipo de celulares son casi imposibles de rastrear y, por el contrario, son muy fáciles de adquirir.
De locutor a millonario
Silvio Santos es el dueño del Sistema Brasileño de Televisión (SBT), la segunda cadena nacional de Brasil en importancia. Además, en su cadena de TV conduce varios programas, algunos de ellos de mucho rating.
El más popular de sus programas es el Show del Millón, donde personas que han comprado su revista intentan responder en forma correcta una serie de preguntas para ganar dinero.
Hijo de inmigrantes, Silvio Santos fue vendedor ambulante de bolígrafos en Río de Janeiro hasta que en 1956, endeudado por la compra de un bar, aceptó un trabajo como locutor en Radio Nacional. En 1989, Santos se lanzó como candidato a presidente, pero tuvo que desistir a causa de la ley que prohíbe postularse a ese cargo a los dueños de medios de comunicación.