Los empleados de Hipermercado Tigre presentaron ayer en sociedad una propuesta para salvar las fuentes de trabajo de la empresa que fue declarada en quiebra hace una semana. Se trata de la creación de un supermercado comunitario, al estilo de los mercados de ese tipo que funcionan en Buenos Aires, que esté piloteado por un ente administrador formado por el gobierno de Santa Fe y la Municipalidad de Rosario, los principales acreedores oficiales del proceso.
Los trabajadores del supermercado ubicado en Tucumán 1349 decidieron ponerle el pecho a la grave situación provocada por la quiebra, que dejaría en la calle a 80 familias, y salieron al ruedo con un plan de reactivación del local ubicado en pleno centro rosarino.
Se trata de poner en funcionamiento el comercio bajo la modalidad de un autoservicio y patio de comidas "para el cual se cuenta con todas las instalaciones, maquinarias, muebles y herramientas en condiciones de iniciar su funcionamiento de manera inmediata", explicaron ayer en conferencia de prensa los empleados del local.
Por otra parte, proponen que la administración la lleve adelante un ente administrador creado ad hoc e integrado por los principales acreedores de la empresa Hipermercado Tigre SA, que son el gobierno santafesino y la Municipalidad de Rosario, con los que la firma tiene una deuda fiscal millonaria.
La idea, que recoge las experiencias encaradas por trabajadores de la de la carrocera Dic o los del molino San Javier, que fabricaba el arroz Mocoví en, busca evitar la etapa de liquidación lisa y llana de los bienes del hipermercado, situación que dejaría a los empleados directamente en la calle, en un marco de crisis social y económica, que se expresa claramente en el índice de desocupación del 20,2% que exhibe el Gran Rosario.
Rápido y con poca plata
De acuerdo al análisis que realizaron los trabajadores, la propuesta no demandaría una inversión económica inmediata, ya que la provisión de mercaderías se realizaría por el sistema habitual en el negocio supermercadista, que consiste en la instalación en góndolas de productos concesionados por parte de las empresas proveedoras.
"Aspiramos a que la iniciativa se acepte y se ponga en marcha lo más pronto posible", explicó a La Capital Rubén Ghioldi, secretario general de la Asociación de Empleados de Comercio.
El dirigente explicó que la propuesta será presentada en primer lugar a la Sindicatura que administra los bienes de la quiebra de la empresa y luego ante las autoridades provinciales y municipales que deberían hacerse cargo de la administración.
Aunque a priori no hay que poner un solo peso para reactivar el supermercado de calle Tucumán, el ente administrador deberá asumir la responsabilidad de garantizar los pagos a los proveedores a partir de la recaudación y la ganancia del negocio.
Además, con la reapertura del local, el fisco provincial y la Municipalidad de Rosario garantizarían "una recaudación de dinero mucho mayor que la obtenida en un remate", explicaron los trabajadores. "Estos se realizan a precios viles y en este caso, por tratarse de mobiliario y herramientas, serían subastados en el mejor de los casos como simple chatarra", precisaron.
Tanto los dirigentes gremiales como un grupo de concejales que ayer se acercaron al local y los propios empleados remarcaron que las instalaciones "están en perfectas condiciones", con lo cual la subasta pública sólo lograría "malvender algo que tiene mucho valor".
Quienes presentaron la iniciativa de supermercado comunitario también afinaron el lápiz e hicieron las cuentas. Explicaron que "en condiciones de funcionamiento medianamente normales se lograrían miles de pesos de facturación, que es lo que esa boca de expendio vendía".
Con lo cual "estos ingresos son mucho más genuinos como recurso para el fisco que el aumento de impuestos que tantos efectos recesivos produce", agregaron los trabajadores.
Comercio y cultura
La reactivación del supermercado de calle Tucumán generaría como mínimo 80 puestos de trabajo en el local de autoservicio, mientras que una cifra parecida podría demandar el patio de comidas que funcionaba tradicionalmente en la planta alta del local. "Así se estarían recuperando los 120 empleos que tenía ese local antes de cerrar", explicó Ghioldi.
Por otra parte, los trabajadores confían en que podría haber algunas entidades culturales interesadas en poner en funcionamiento el teatro que tiene el local en el subsuelo, que podría destinarse a actividades sociales.
"Es la mejor manera de salir de una situación que provocaría muchos dolores de cabeza para los acreedores que en su mayoría no alcanzarían a cobrar sus deudas, ya que los privilegiados son los más grandes", comentó Ghioldi.
La Ciudad
