La fuerte interna en el Ente Administrador Puerto Rosario (Enapro) llegó ayer a su punto máximo de ebullición. José Petersen, Ana María Brunet y Edgardo Moschitta, representantes del sector privado en el organismo, presentaron su renuncia a sus cargos. La presidenta del Ente Administrador del Puerto Rosario (Enapro), María Herminia Grande, aceptó los telegramas de dimisión que llegaron a su despacho pero rechazó los argumentos esgrimidos, al recordar que tanto Petersen como Brunet debían alejarse del ente tras haber ventilado información confidencial del único oferente interesado en concesionar las terminales locales. Pese a ello, Grande reafirmó la continuidad del proceso licitatorio, en tanto aseguró que las vacantes serán cubiertas.
El portazo de los privados en el Enapro puso punto final a un conflicto originado en la garantía mancomunada y subsidiaria que la Autoridad Portuaria de Tarragona (único oferente para explotar el puerto local) debe acreditar para adjudicarse la concesión a 30 años de los muelles rosarinos. Mientras Grande asegura que existen todos los documentos exigidos en el pliego, los privados y el representante municipal en el ente, Joaquín Blanco, manifiestan lo contrario.
Petersen, Brunet y Moschitta renunciaron ayer aduciendo "la falta de respuesta de Grande a los pedidos de reunión planteados oportunamente". Rápida de reflejos, la funcionaria rechazó las imputaciones al afirmar que "se está absolutamente dentro de los términos que marca el estatuto dado que el mismo me indica que por lo menos debo tener una reunión al mes. La última reunión ordinaria fue el 31 de julio", remarcó.
"Abrieron el paraguas"
La titular del Enapro cargó contra los renunciantes y largó: "Sinceremos la cuestión, renuncian antes de que los remueva. Adelantaron su dimisión enterados de la solicitud de remoción que yo misma formulé contra los directores José Petersen y Ana María Brunet días atrás", remarcó Grande.
La funcionaria sostuvo que los dos directores incurrieron en la causal prevista en el artículo 15 inciso "d" del estatuto que habla de "incompetencia manifiesta, desidia o indiferencia en el cumplimiento de las obligaciones que hacen al objeto y funciones del ente".
Petersen y Brunet habían ventilador en un medio gráfico capitalino detalles secretos del oferente, para justificar sus duras críticas contra el grupo catalán.
"Hicieron aparecer a las empresas españolas, de reconocido prestigio internacional, como insolventes, aventureras, poniendo en riesgo a la licitación y al Enapro al borde de una demanda judicial internacional", recordó Grande, y con la mira en los privados, disparó: "Han demostrado incompetencia y deslealtad, porque basándose en un supuesto dictamen elaborado por la Facultad Católica de Derecho, que jamás fue reconocido oficialmente por la casa de estudios a pesar de mis reiterados requerimientos, desprestigiaron con ese documento este proceso tratando en todo momento de voltearlo".
Grande señaló que los directores renunciantes "dejaron de lado la responsabilidad que se asume cuando se administran bienes ajenos. No es ser leal -sostuvo- divulgar en los medios de comunicación información que se ha obtenido dentro del marco de reserva y utilizarla con fines sectoriales contrarios al propósito de la licitación". Recordó además que se opuso cuando estos directores sacaron la documentación del ámbito del Enapro divulgando aspectos de la misma. "Allí violaron el principio de buena fe y confianza que el oferente tuvo hacia el Enapro. Con actitudes como las de Petersen y Brunet me pregunto: ¿qué inversor le dará al Enapro sus balances y estados patrimoniales si hay directores que publican esta información parcializada y tendenciosa en medios de comunicación?".
La funcionaria manifestó además que "este es el momento oportuno para que la gente se entere de que debí acudir a los servicios de taquígrafos y escribanos para darle a todo este proceso la transparencia que merecía, por lo que podemos dar a la sociedad santafesina todas las explicaciones pertinentes".
Grande se ahorró munición gruesa contra el intendente Hermes Binner al "incorporarlo en la lista de quienes responden a intereses sectoriales, y no quieren al puerto en funcionamiento". Pero tomó respiro y dejó un compás de espera al indicar que "el señor intendente aún está a tiempo de sumarse a este proyecto para que a través del puerto en funcionamiento recuperemos puestos de trabajo genuinos para Rosario".
El proceso de licitación seguirá, para Grande, con normalidad. Prueba de ello es la visita que hacia el 10 u 11 de septiembre el presidente del grupo oferente, Lluis Badía i Chancho, hará a Santa Fe para entrevistarse con Reutemann.