Roche negocia para que Brasil no fabrique por su cuenta una droga antisida

El laboratorio Roche confirmó ayer que ya tiene una fecha acordada para negociar con el Ministerio de Salud brasileño la controversia desatada tras la decisión de este país de ignorar la patente de la droga antisida Viracept, propiedad de la farmacéutica suiza y autorizar la producción local de un genérico para abaratar costos. La decisión de Brasil no es la primera del tipo que se toma en el mundo, ya Sudáfrica, uno de los países más afectados por el mal, anunció a principios de año su propuesta de utilizar drogas genéricas contra el sida y el caso llevó a una presentación judicial de las multinacionales de los fármacos, que todavía no fue resuelta.
Daniel Piller, portavoz de la compañía multinacional suiza, confirmó que "el delegado general de Roche en Brasil, Erneste Egli, tiene ya una fecha para celebrar nuevas negociaciones con el Ministerio de Salud brasileño, pero nos comprometimos a no hacerlas públicas".
El miércoles pasado, José Serra, titular de la cartera de Salud, anunció que Brasil se amparará en su legislación interna, que autoriza a ignorar la propiedad intelectual de un fármaco ante una situación de emergencia sanitaria, y autorizará la fabricación local de un genérico para la droga antisida de Roche.
Según anunció el vocero de Roche, las negociaciones podrían, eventualmente, considerar producir localmente el Viracept destinado al mercado brasileño, en vez de importarlo desde Suiza y España, donde es fabricado en la actualidad, lo que permitiría reducir su precio final al público, y de esta manera evitar que el Estado brasileño tome una iniciativa que, según temen, puede ser contagiosa y seguida por la mayor parte de los países del Cono Sur, donde los precios de las drogas imposibilitan a la mayoría de la gente a acceder a ellas.
Piller aseguró que la droga, cuyas ventas mundiales en el primer semestre de 2001 ascendieron a 220 millones de francos suizos (120 millones de dólares), se vende en Brasil a la mitad del precio que alcanza en el mercado norteamericano -unos 500 dólares-. De cualquier manera, Brasil reclama que la droga sea provista al menos a un 60% del precio actual de comercialización que hoy tiene en el mercado local.