En la pequeña localidad rionegrina de Chimpay, a 380 kilómetros de Viedma, se realizará hoy la multitudinaria celebración de los 115 años del nacimiento del indígena mapuche Ceferino Namuncurá, calificado como venerable por la liturgia católica oficial y consagrado como un santo por la religiosidad popular de los argentinos.
"Para nosotros es un acontecimiento único en el año, con la presencia de miles de personas de todo el país que llegan atraídas por la figura entrañable de Ceferino", destacó el intendente Rogelio Funes.
Chimpay es un pueblo frutihortícola situado sobre la ruta 22, a 135 kilómetros de General Roca y a 380 de Viedma, en donde el 26 de agosto de 1886 nació el llamado Lirio de las Pampas, en las tolderías levantadas junto al río Negro por su padre, el cacique Manuel Namuncurá.
Para la celebración del año pasado llegaron casi 40 mil peregrinos, y para este año se aguarda una cantidad mayor "porque es habitual que en momentos de crisis aumente la necesidad de orar y pedir protección a quienes nos guían desde el cielo", confió Funes.
Los actos litúrgicos comenzaron ayer con la misa por la salud de los enfermos y para pedir la beatificación de Ceferino. Por la noche se representó la obra teatral "Detrás de la puerta", que evoca la vida de Ceferino, a cargo del elenco La Bisagra, de Bariloche, con libro del sacerdote salesiano Ricardo Nocetti.
Hoy, día del 115 aniversario del natalicio del venerado indígena, se realizará la trigésima primera peregrinación desde la Cruz del Quinto Centenario, ubicada sobre la ruta nacional 22, a tres y medio kilómetros del parque Ceferiniano.
Para el mediodía está prevista la misa central, que concelebrarán los obispos de Viedma, Marcelo Melani, y del Alto Valle, José Pozzi, junto con sacerdotes de distintos puntos de la Patagonia.
Ceferino nació en Chimpay en 1886 y pasó su infancia entre Viedma y Buenos Aires, como alumno de los sacerdotes salesianos y protegido del obispo Juan Cagliero, enviado de san Juan Bosco para la evangelización de la Patagonia.
Inició la formación religiosa luego de pedirle a su padre que lo dejara a estudiar "para poder ayudar a mis hermanos indios a superar su situación de olvido", pero murió de tuberculosis en Roma, antes de cumplir los 19 años, el 11 de mayo de 1905.
Un caso singular
El padre Nocetti, uno de sus principales biógrafos, señala que "el caso de Ceferino es un fenómeno de diversa y difícil interpretación, que debe comprenderse desde la perspectiva de la religiosidad popular y también como una forma de acercamiento a la cultura mapuche, de la que es fiel exponente".
"El documento de Puebla nos instó a reconocer los rasgos sufrientes de Cristo en los rostros indígenas, y Ceferino es uno de ellos" añadió el sacerdote, uno de los responsables de la multitudinaria celebración de hoy.