La terminación de la inconclusa central de Atucha II permitirá repotenciar a la Argentina en el sector nuclear y evitaría que el país caiga en los próximos 3 años en una crisis similar a la que atraviesa Brasil, según advirtió la Comisión Nacional de Energía Atómica (Cnea). "No tenemos que esperar a que Argentina se vea envuelta en una crisis (energética) para tomar la decisión de terminar la central Atucha II, parada desde hace 14 años y con un nivel de realización superior al 80 por ciento", afirmó el titular del organismo, Aldo Ferrer.
La obra corre el riesgo de ser archivada en el baúl de los recuerdos, posibilidad a la que Ferrer se opone de manera tajante porque su conclusión permitirá repotenciar a la Argentina en el sector nuclear, mejorando además la oferta energética del país.
Las dos centrales nucleares actuales (Atucha I y Embalse) suman el 10 por ciento del total de la oferta energética actual, y si se terminara Atucha II se llegaría al 18 por ciento.
Ferrer sostuvo que la actual crisis energética brasileña debe servir de ejemplo al momento de decidir la continuidad de Atucha II, y adelantó que la construcción de la central atómica de Angra III será anunciada el próximo mes por el país vecino.
"Las proyecciones señalan que nuestro país, en un lapso no superior a los 3 años, comenzará a sufrir los efectos de una crisis en el sector, debido a que nuestro sistema es esencialmente hidroeléctrico y de generación por combustibles", advirtió.
Consideró que al analizar el futuro de Atucha II, el gobierno debería mirar el cambio en la política norteamericana de nucleoelectricidad, por la decisión del presidente George Bush de construir nuevas centrales nucleares, y las perspectivas negativas existentes en Argentina para la generación de energía de manera convencional.
Una posibilidad para Argentina
"Hay una serie de factores que están replanteando el punto de vista negativo que existía respecto al uso de la energía nuclear. En este escenario la Argentina tiene una posibilidad y una potencia considerable y debe aprovechar esta circunstancia para consolidar lo que ya logró", señaló el titular de la Cnea.
Ferrer, acompañado por Domingo Quilici, miembro del directorio de la Cnea, y el jefe de la Unidad Relaciones Exteriores, capitán Roberto Ounstein, convocaron a la prensa para intentar revertir la "visión cortoplacista actual".
"Este no es un momento particularmente promisorio (para el sector) debido a la recesión financiera", señaló Ferrer, quien, no obstante, manifestó su optimismo en la posibilidad de que "en estos momentos de crisis es cuando aparecen oportunidades que van generando situaciones interesantes".
Ferrer, quien reconoció no tener un diálogo fluido con el actual equipo económico, dijo que "la política nuclear no puede ser mirada tan sólo desde una visión economicista".
Aseguró que el futuro de la Cnea no está puesto en duda debido a que su campo de acción no finaliza con Atucha y citó como un ejemplo de sus dichos la licitación ganada por el Invap en Australia para suministrar a ese país de un reactor de investigación.
Otro punto en favor del organismo, según el criterio de sus directivos, es la negociación que vienen manteniendo con una firma norteamericana (Usac) para proveerla de tecnología de enriquecimiento de uranio.
El funcionario sostuvo que el gerenciamiento privado de las centrales nucleares no fue descartado por el Cnea, aunque reconoció que -a su criterio- esta posibilidad "es poco atractiva" para las empresas.
Para Ferrer Argentina debe "mantener abierta la opción nuclear" y el país "no debe perder el tren" iniciado hace más de 50 años atrás con la creación de la Comisión Nacional de Energía Atómica.