Después de 12 días de negociaciones y una ardua discusión en el seno de su directorio, el Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó la instrumentación de un crédito contingente de 8 mil millones de dólares a la Argentina para sostener las reservas y frenar la corrida de depósitos. La ayuda implica fuerte condicionamientos: mantener el déficit cero a rajatabla, recortar recursos de la coparticipación federal, realizar operaciones de canje de bonos para reducir el peso de la deuda pública y avanzar en un acuerdo de liberalización comercial con Estados Unidos. "Se acabó la incertidumbre, basta de pálidas", se apresuró a decir el presidente Fernando de la Rúa. Su colega norteamericano, George W. Bush, actor fundamental del acuerdo, advirtió que el grueso de la tarea pendiente le corresponde al gobierno argentino, que deberá cumplir con el compromiso asumido de sostener el déficit cero.
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