Año CXXXIV
 Nº 49.220
Rosario,
domingo  26 de
agosto de 2001
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Opinión
La ilusión de haber acertado el camino

Isidoro Gilbert

Es probable que al presidente otra vez lo haya impulsado el deseo, más que la realidad de las cosas. Desde diciembre a Fernando de la Rúa sus seguridades le han durado muy poco. El blindaje iba a abrir el camino de la producción, porque aventaba el fantasma más temido, el del default. Luego, el megacanje traído de la mano de Domingo Cavallo, también quitaba la maldición de la inmediatez. No ocurrió así. ¿Por que debería ser ahora diferente?
Los mercados al conocer el comunicado del FMI y del Tesoro de los EEUU sobre los acuerdos con la Argentina, exhibieron una breve algarabía. A fin de semana, el riesgo país regresaba a la cumbre y la Bolsa de Valores medía de otra manera desazón o confusión. Hay una razón que sobresale sobre otras consideraciones: se duda de la capacidad política del gobierno para cumplir con el déficit cero, porque conseguirlo es como pasar inmune las horcas caudinas. La tarea es de Hércules: comenzar a implementar un nuevo perfil de la deuda sin intereses leoninos, crecer para que no falten excedentes a la hora de los pagos, capacidad política para las podas en la Universidad, la docencia, servicios sociales. En fin, lograr que los gobernadores se sumen a la cruzada para que el objetivo del equilibrio fiscal absoluto se pueda cumplir. Dos veces George W. Bush le recordó al presidente: hay que cumplir con el déficit cero.
La nueva irrupción del mandatario de la mayor potencia no es producto de una gestión diplomática, únicamente. EEUU se implicó en la crisis criolla como pocas veces lo hizo con otros países porque Argentina pasó a ser un leading case, un caso testigo para otros países que temprano o tarde, debido a las consecuencias del modelo, podrían penetrar en zona de tormenta parecida. Ya se sabe: a Norteamérica le encanta pensar que lo que ella quiere es lo que los humanos quieren.
Puede haber otra mirada. La Argentina se decidió por jugar la carta norteamericana con sus implicancias políticas, comerciales, diplomáticas. Además, Cavallo fue invitado a no ir a Washington acaso por su irascibilidad o porque ya no le tienen la misma consideración que en el pasado. Hay muchas historias sobre el particular. Lo real es que Daniel Marx, con quien tiene hace rato diferencias, reportó en más de una ocasión primero al jefe de Gabinete Crhystian Colombo antes que al ministro cuyo rostro exhibe fatiga.

EEUU tomó las riendas
En el seno del poder de los EEUU tampoco todo fue idílico. Se plantearon diferencias. Ya se conocen los exabruptos (o verdades crudas) del secretario de Tesoro, Paul O'Neill, inclinado por momentos a dejar caer a la Argentina como ejemplo para terceros, sobre lo que no debe hacerse en economía, una postura que casi hace naufragar las negociaciones en dos oportunidades durante los doce días de gestiones. El staff del Consejo de Seguridad Nacional y el despacho del Representante de Comercio (USTR), advirtieron a O'Neill sobre las implicancias negativas a un rechazo a la asistencia a la Argentina.
Finalmente O'Neill "giró 30 grados" como señaló The Economist y dio luz verde a lo que la respaldaban desde esos escritorios y un sector del FMI (algunos países europeos tuvieron sus serias dudas) y que se concentra en las novedades conocidas: 5.000 millones de dólares para reforzar las reservas del Banco Central, para generar confianza entre los despavoridos ahorristas que en las últimas semanas sacaron de los bancos mas de 11 mil millones de dólares. El Banco Central perdió entre enero y agosto otros 12 mil millones. Los 3 mil millones de dólares son para un enigmático proyecto para reestructurar la deuda externa. Para el Tesoro representa un nuevo abordaje en la administración de la crisis financiera porque introduce "de manera explícita" que debe ser tratado el problema del endeudamiento. ¿Es una transfusión que sólo conseguirá prolongar la agonía? Es lo creen los círculos económicos del Reino Unido. El Financial Times advierte que "la gran cuestión es saber si el nuevo préstamo podrá enfrentar los problemas fundamentales: una deuda pública insostenible y una moneda sobrevaluada". Es la opinión del señor O'Neill, quien ha insistido en encontrar un camino para un crecimiento sustantivo, partiendo de la necesidad de enfrentar esos dos aspectos, el de la deuda en primer término. La postura del republicano de derecha impactó en Rodolfo Terragno. Y él y Carlos Ruckauf, ven en el ex ejecutivo de una gran productora de aluminio, la encarnación del sector productivo concentrado que lidia "con los usureros de Wall Street".
Estaba escrito: incluso el FMI comienza a acercarse a uno de los nudos claves cuando pidió, como novedad, un "pacto voluntario" con los prestamistas privados para renegociar la deuda externa. Reestructurarla, al decir de Terragno. Pero Cavallo, a quien lo saca de quicio esa formulación, confiesa que no tiene aún ni idea como utilizará los 3 mil millones destinados a esto. El año próximo se deben pagar 17 mil millones de dólares, una suma excesiva para el dinero desembolsado (o prometido) por el FMI.

Complejidades en el Mercosur
En Brasil, donde un estornudo argentino crea una gripe (y viceversa), el nuevo paquete fue recibido con desconfianza. Al decir del ex presidente del Banco Central, Ibrahim Eris, "no aporta ninguna solución efectiva para el problema argentino" y "sólo da tiempo al gobierno". Eris cree también en las no bondades de la convertibilidad, criterio generalizado en el país vecino. Una reestructuración de la deuda no es cosa de soplar y hacer botellas. En Ecuador, ese objetivo llevó 11 meses de negociaciones para una deuda de apenas 6.000 millones (128.000 millones, es la de Argentina). Es llamativo que O'Neill haya conectado el anuncio del paquete financiero con una activación de los mecanismos de negociación entre los EEUU y el Mercosur. En las palabras, se trataría de impulsar el comercio exterior como generador de progreso y de divisas para pagar las deudas. Esta historia tiene sus migas. Fue el presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso quien en Washington le sugirió a Bush la discusión del acuerdo de norteamericanos con sudamericanos, como alternativa a las dificultades que enfrenta el Alca, antes de la reunión de Quebec. Por eso la primera ronda para definir la amplitud de esas reglas de discusión se realizará en Montevideo entre el 3 y el 5 de septiembre. El embajador de Uruguay en EEUU, Hugo Fernández Faigold, le informó personalmente al presidente Jorge Battle las novedades.
A Cardoso lo irritó que se haya vinculado esa negociación con el acuerdo entre el FMI y la Argentina. Primero, porque el Palacio de Planalto pretendía cierto sigilo sobre estas negociaciones. Pero fundamentalmente porque teme que ese nexo forzado pueda ser interpretado como una presión sobre las negociaciones de Montevideo para que concluyan obligatoriamente con un tratado. Más aún: los brasileños pueden creer que el Palacio San Martín puede convertirse en un aliado de Washington. Hay, además, un proceso de precisión de la política externa republicana para Latinoamérica sobre todo respecto de Brasil y Venezuela, que requiere del respaldo del gobierno argentino.
Hay opiniones divididas sobre si en Washington pueden realmente llegar a un acuerdo comercial, visto la correlación de fuerzas en el Congreso. Por lo pronto los europeos, a quienes ese pedido de O'Neill alertó, se encargaron de difundir que "nosotros tenemos un mandato apoyado por 15 países que forman la Unión Europea para establecer un acuerdo con el Mercosur". Es una rivalidad objetiva. Pero a los dos bloques les falta aclarar si están dispuestos a eliminar las barreras arancelarias y para arancelarias sobre la producción del Mercosur, para que el comercio sea entre iguales. En estos días solamente fueron vetadas partidas de acero y de miel en el mercado del Norte, bajo cargos de dumping.

Una extraña consulta
El peronismo tiene en sus manos posibilitar que el programa de déficit cero, más allá del respaldo que dio a la ley, pueda concretarse, tanto en el Presupuesto del 2002, como en las provincias. Hasta ahora, De la Rúa ha ido logrando, pese a su debilidad objetiva, que el Parlamento no lo dejara sin las leyes más duras. No es que exhibió una gran cintura política; es la oposición la que no tiene, por continuidad de la orientación que fijaron en su momento Carlos Menem y Cavallo, otra alternativa. Pero jamás las provincias estuvieron en trance tan severo: plantearles que deben resignarse a que se les modifiquen el mínimo de la coparticipación federal, por partidas de montos dependientes de la recaudación, es obligarlas a moverse a ciegas. Regresa la pregunta reiterada: ¿tienen otra propuesta?. O ¿qué ocurre si este nuevo momento post acuerdo, termina en otro fracaso y el peronismo llega a ser sucesión? \Por ahora, ninguna medida tiende a abordar el crecimiento. No se puede creer que el presidente piense en los acuerdos comerciales con los norteamericanos como palanca a corto plazo. Este año el PBI será otra vez negativo y en el Presupuesto de gastos para el ejercicio 2002, se piensa en un crecimiento del 3,5%, módico pero discutible. El propio Presupuesto con su poda no menor a los 6 mil millones de dólares será recesivo.
Con tantas incertidumbres De la Rúa convocó a una consulta no vinculante para que se reduzcan los costos de la política. Su mirada es contable. Primero, es un tema de consenso y lo que se requiere es una profunda decisión, que no exhibe, comenzando con prohibir aportes de las empresas privadas. Dos, intenta mostrar que las penurias argentinas es culpa de los políticos, que no carecen de miserias y fallas. ¿Quiere presentarse el presidente como el representante de la nueva política, esa vaguedad que proclamó en la campaña de 1999? El que ha derrumbado en escaso tiempo su prestigio, ¿puede exhibirse como ejemplo? ¿puede avanzar en la idea en contra de su partido y sin el respaldo del peronismo y el solo apoyo del cavallismo? ¿es un misil contra los partidos, comenzando por la UCR? ¿o hay sueños de un tercer mandato, como si lo ocurrido con el FMI sea el camino para salir del pantano? \Tal vez sea sólo un mal cálculo y que va a quedar en la nada. O diversionismo para un público que está preparado para denostar a los políticos. El presidente quiere aparecer como "neutral" en los comicios que se avecinan. Se comprende: de hecho, en casi ningún lado defenderán a su administración, en primer lugar, los candidatos radicales de los distritos claves. A 49 días de elecciones legislativas cruciales, la calle está dominada por manifestaciones por protestas puntuales. Las multitudinarias marchas y mítines de los docentes y universitarios sintetizan el sentimiento del argentino medio y por eso superan en amplitud a las de los piqueteros. Las semanas que se avecinan diluirán el proselitismo entre pancartas con reclamos contra el ajuste. Déficit cero puede ser cero para educación, salud, investigación y sobre todo, en inversiones y solidaridad. El tráfico de sueños no es un delito, pero puede hacer más daño que nada.


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