"Fue terrible. No soportaba ver jugar al básquetbol. Me desesperaba y quería estar adentro", así inició el cañadense Hugo Sconochini, de 30 años, el diálogo que mantuvo con Ovación. Y continuó diciendo: "Me di cuenta de un montón de cosas mientras estaba suspendido. Muchas personas que parecían amigos se borraron para siempre. Se alejaron como si yo fuese a infectarlos, especialmente los directivos de Kinder Bologna y mis compañeros de equipo, excepto Frossini y Emanuel Ginóbili, quienes dieron la cara y me defendieron pese al compromiso que eso significaba para ellos". -¿Creés que los dirigentes tuvieron responsabilidad? -No sé si ellos son los responsables. A mí el club me suministraba creatina y proteínas. Si uno lee el prospecto, está todo bien, pero no sé qué había adentro. Yo tenía dos años más de contrato y ganaba muy buen dinero. No sé si ellos quisieron sacarme de encima. También pienso que pudo ser un hecho casual, que me tocó a mí la pastilla alterada, como les sucedió a muchos deportistas en Europa. -¿Cómo es eso? -En el último año hubo más de 50 casos de dóping no negativo, como le llaman ellos, y según se analizó, es porque algunos laboratorios proveen integradores alimentarios fraguados con alguna droga extra. Un laboratorio alemán descubrió que de cada 100 frascos, quince contienen un elemento contraindicado, pero que te hace sentir mejor. Lo hacen para que el producto tenga mayor venta. -¿Y cómo sabés cuál es el alterado? -Es un riesgo muy grande. Por eso, yo ya no creo en nada ni en nadie. me usaron. Además, la nandrolona, la sustancia que dicen que yo tenía es perjudicial para los basquetbolistas. Te hace aumentar de peso y para qué quiero yo, que tengo 100 kilos, cargarme con diez o veinte más. -¿Entonces aquellos del cololirio que esgrimiste en la defensa no fue cierto? -Sí, fue cierto. Tengo la receta del médico que me lo dio por un problema en el ojo, pero no sé si fue esa sustancia la que provocó que apareciera la nandrolona. La usamos para la defensa y sirvió para que el juez fallara falta de intencionalidad, porque sino me daban dos años de suspensión. -¿Cómo te sentís ahora? -Ahora soy otro. Pagué una culpa que no tenía y desaproveché una temporada. Por suerte eso me permitió disfrutar del embarazo de mi señora y el nacimiento de mi hija Matilda que ya tiene dos meses. -¿El Premundial es tu revancha? -No, no lo tomé así. Lo único que yo quería era volver a jugar y le estoy muy agradecido al técnico Rubén Magnano que confió en mí. -¿Qué pensás de esta selección? -El grupo tiene un enorme futuro si no lo invade el egoísmo. Muchos otros equipos que tuvieron tantos talentos juntos fracasaron por eso. Uno a veces piensa que todo es fácil, que no tenés rivales y dejás de hacer lo correcto para ganar. También pienso que a este equipo le hace falta más apoyo y promoción.
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