Washington. - Para las emisoras televisivas estadounidenses fue como en las mejores épocas del escándalo sexual en torno a Bill Clinton. La historia del político y la becaria, salpicada de sexo, mentiras e intrigas, cumple con todas las condiciones para llenar el vacío que deja la pausa estival en las actividades políticas. Así, el hecho de que el legislador californiano Gary Condit se manifestara sobre la desaparición de la becaria Chandra Levy tras casi cuatro meses de silencio fue convertido en un acontecimiento nacional. Claro que lo que Condit, de 53 años, dijo el jueves resultó ser bastante poco interesante. Se limitó a asegurar que no tiene ni idea de lo que le pudo pasar a la becaria de 24 años.
Levy, que proviene del distrito electoral de Condit en California y que realizó la beca en la oficina de prisiones en Washington, está desaparecida desde finales de abril y los rumores sobre una relación entre ambos comenzaron a circular rápidamente. "Eramos muy amigos", fue todo lo que Condit quiso decir. "Tengo derecho a preservar mi intimidad", añadió.
Durante semanas, los colaboradores de Condit difundieron la versión de la "amistad pura" entre el político y la becaria. Recién en la tercera conversación con la policía, Condit, casado y padre de dos niños, admitió su romance. La policía no sospechó nunca que él estuviera relacionado con la desaparación de Levy. De hecho, registró su vivienda en Washington sin ningún resultado.
El insistente silencio de Condit llevó a que su antiguo chofer, una azafata y ex compañeros de colegio se despacharan a gusto con revelaciones y anécdotas de la vida sentimental de Condit. Pero fuera de eso, las cadenas televisivas sólo pudieron ofrecer a sus espectadores durante semanas transmisiones en vivo desde la casa de la familia Levy en Modesto. Susan y Robert Levy comunicaban su desesperación y sus esperanzas. Estaban dispuestos a contar lo que fuera con tal de mantener vivo el interés por la búsqueda de su hija.
El golpe del verano
La noticia de que Condit iba a romper el silencio entusiasmó a todos los canales de TV. La perspectiva de que la saga del político y la becaria adquiriera una nueva faceta ocupó a los noticieros durante casi dos días. Y el hecho de que Connie Chung de la cadena ABC consiguiera la primera entrevista pública con Condit fue considerado el golpe del verano. Fue comparado a la entrevista que Barbara Walters logró hace dos años y medio con otra famosa becaria. Lo que Monica Lewinsky contó en aquel entonces sobre sus relaciones con el presidente Bill Clinton en el despacho oval atrapó a 48,5 millones de telespectadores.
Condit contribuyó muy poco a aclarar la desaparición de Levy, pero eso no importó. Los medios dominan a la perfección el arte de aprovechar al máximo una información con poder de atraer espectadores. Y así, psicólogos, lingüistas, asesores mediáticos y otro tipo de expertos llenaron horas y horas de programación tras la entrevista con Condit, para analizar cada palabra y cada gesto del legislador. Todo indica que de momento la continuidad del espectáculo mediático en torno a la desaparición de Levy está asegurada.