Mauricio Maronna
Marcos Makón colaboró con la revolución sandinista para desalojar del poder al dictador Anastasio Somoza, aunque ahora se muestra decepcionado por el decurso del proyecto encarnado por Daniel Ortega. Es un devoto admirador del Che Guevara y Camilo Cienfuegos (su hijo se llama Ernesto Camilo), fue funcionario del gobierno menemista en la Secretaría de Hacienda, respondiendo a Domingo Cavallo y, finalmente, abrevó en el Frepaso de la mano de Carlos Chacho Alvarez. Makón, actual titular de la Secretaría de Modernización del Estado, sorprende a La Capital al sostener que "el proyecto de reforma política es el que está (para su futuro tratamiento) en el Congreso", poniendo equidistancia del plebiscito convocado el miércoles por Fernando de la Rúa. El funcionario nacional lanza, además, una definición crucial sobre el estado de las cosas: "La sociedad no soporta otro ajuste". -¿Qué está haciendo desde su cargo para bajar el costo de la política? -Cuando se creó la Secretaría de Modernización del Estado, en el ámbito de la Vicepresidencia de la Nación, se adoptaron dos programas: el de reforma política y el de modernización del área estatal, también llamada reforma administrativa. El proyecto de reforma política ahora está en el Senado, aunque no tiene todos los elementos que habíamos elaborado nosotros. El de reforma administrativa no significa recorte o ajuste de gastos, implica un mejor uso de los recursos. -Pero el gobierno está haciendo lo contrario: se limita a ajustar y recortar. -Estoy en desacuerdo con esta práctica del ajuste permanente y los despidos de personal. Esto no es reforma del Estado, es un ajuste financiero que tiene como objetivo el equilibrio fiscal. El equilibrio fiscal es una condición necesaria para que el Estado sea solvente y baje el costo de la deuda, pero no es suficiente. Hay que cambiar los criterios de asignación de recursos. Pero el tema de la reforma de la política es fundamental. -La queja recurrente es que los únicos que no se ajustan el cinturón son los políticos. -El mal gasto político se debe erradicar, pero hay mucha mitología en la cuestión. Se habla de reducir en 5 mil millones ó 20 mil millones el gasto político por medio de reformas en las estructuras legislativas. El gasto total de todas las Legislaturas provinciales, más el costo del Congreso de la Nación, representan 1.800 millones de pesos: estamos lejos de los 5 mil o los 20 mil millones. Ahora, cuidado: si queremos eliminar las Legislaturas estamos barriendo a la democracia. El gasto de la política resulta de actos de corrupción ejecutados en los distintos niveles de gobierno por medio de los empleados ñoqui, que son personas contratadas por el Estado para trabajar en los partidos políticos. Hay que controlar a los empleados públicos para evitar la existencia de ñoquis. -¿Y cómo se implementará? -Para bajar el costo de la política hay que actuar sobre las causas: de nada vale reducir los gastos pero seguir con campañas electorales interminables. Estos recortes que se hacen son equivocados, significan tratar a todos por igual, son horizontales e inequitativos. Hay extorsión de los sectores financieros que apuestan a la devaluación y la dolarización. -¿Cuántos empleados ñoqui hay en el Estado nacional? -El tema del empleado ñoqui se vincula con el contratado, pero reducirlo a esto es un error. Hay muchísimos empleados ñoqui que fueron contratados y que por influencias políticas pasaron a la planta permanente. Actualmente, los ñoquis son aquellos que están subsidiados por los caudillos políticos y que no trabajan. En la administración nacional hay 20 mil personas contratadas. -Usted representa un extraño mix: se lo vincula a Cavallo y a Chacho Alvarez. Cavallo está cuestionado y la Alianza casi no existe. -Hay dos formas de posicionarse desde el Frepaso: decir que esta política no nos gusta y por eso nos retiramos. Eso es razonable y posible. Pero otros creen, como yo, que todavía existe un pequeño margen para que desde nuestra trinchera de trabajo ayudemos a mejorar la situación económica. -¿Cómo influyó la ausencia de Chacho en esta caída estrepitosa del gobierno? -La renuncia de Chacho debilitó al gobierno. Alvarez no está afuera del país, está pensando en una cuestión estratégica para el país. No podemos estar todos los días pendientes de lo que pasa con el riesgo país o con la Bolsa. Si nadie piensa en la Argentina del futuro no tenemos salida. Ojalá tuviésemos a Chacho en el gobierno. -Si hay otro ajuste, ¿el Frepaso se va del gobierno? -Lo debería decidir la mesa nacional. -¿Pero usted soportaría un nuevo ajuste? -La sociedad es la que no soportaría un nuevo ajuste.
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