Alvaro Torriglia
El secretario de Agricultura, Marcelo Regúnaga, anunció el miércoles en Rosario la instrumentación de planes de competitividad para la industria aceitera, la molinería y el sector lácteo. Este programa extiende los beneficios ya otorgados a la producción primaria, básicamente la derogación de los impuestos a la ganancia mínima presunta y a los intereses, además de la posibilidad de descontar el pago de las cargas sociales a cuenta del IVA.
El escenario del anuncio fue el acto de celebración del 117º aniversario de la fundación de la Bolsa de Comercio de Rosario, que contó entre sus primeros socios a un bisabuelo del actual secretario de Agricultura. Trajo bajo el brazo beneficios fiscales para sectores con fuerte arraigo en la región. La industria aceitera exporta por más de 4 mil millones al año y en los últimos meses comenzó a resurgir de casi tres años de malaria. Los lácteos están sufriendo una fuerte caída en la producción y las exportaciones.
Además, señaló que la DGI le hizo llegar una propuesta para modificar la administración del IVA agropecuario, que apunta a reducir los incentivos para evadir y bajar el costo financiero de los compradores finales.
-¿Cuáles son los ejes de los nuevos planes de competitividad?
-Básicamente es equivalente a lo que se anunció el mes pasado para el sector agropecuario. Eliminación de impuestos distorsivos como ganancia mínima presunta e intereses, y la posibilidad de descontar las cargas sociales del pago del IVA, lo cual es importante para los sectores industriales que son mano de obra intensivos.
-¿Van a bajar el IVA granos?
-En este momento estamos analizando una opción que mantiene el IVA al 21% pero revisando la metodología de retenciones y percepciones. La idea está todavía en elaboración y apunta a encontrar un sistema que, por un lado evite el incentivo que significa para operar en negro ese 9% de impuesto que no se retiene, y, por otro lado, acomodar un régimen que no les genere a los productores un excesivo saldo a favor. La DGI elaboró una propuesta.
-¿Se modificarán las retenciones?
-Es un sistema distinto. La mayor parte del pago al productor lo haría directamente la DGI, de una manera que lo que tendría de costo financiero el comprador final sería muy pequeño. Pero tenemos que asegurarnos que funcionará, por eso lo estamos estudiando. La idea es que el exportador tenga inmovilizada la menor cantidad de plata posible pero que al mismo tiempo el productor tenga asegurado un monto tal que le cubra los créditos IVA. Por otro lado, estamos trabajando para darle mayores poderes a la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca) y limitar el acceso a los registros de comercio granario, por parte de aquellos que no cumplen con las normas.
-¿Se viene otra cosecha récord?
-Nuestros pronósticos indican que, salvo un problema climático, deberíamos esperar la cosecha más alta de la historia. En promedio estamos hablando de alrededor de 72 millones de toneladas. Ya tenemos siembra récord de trigo. Hay venta récord de semillas de soja. Esperamos que el próximo año sea realmente un año récord de producción, y sobre todo con un componente muy importante de soja, que vale más que el resto de los granos.
-La crisis financiera demora la compra de insumos. ¿Están estudiando alguna alternativa para actuar en la coyuntura?
-Hasta ahora los principales esfuerzos del gobierno se concentraron en la negociación con el Fondo para solucionar el problema de iliquidez en todo el sistema financiero. Esperamos que en los próximos días, en la medida que se recupere la confianza,vuelvan los depósitos, baje la tasa de interés y se retome el circuito crediticio.
-No queda mucho tiempo.
-En realidad ha habido ya compra de insumos pero es verdad que el financiamiento es crítico. Pienso que como la rentabilidad esperada para buena parte de la agricultura es muy buena, la plata va a aparecer. Pero de todas maneras, estamos viendo opciones, inclusive tenemos previsto una reunión con proveedores de insumos para ver qué alternativas hay al mecanismo tradicional de los créditos en los bancos.
-¿Este año se reabre el mercado internacional de carne?
-Esperemos que sí. A principios de octubre vamos a pedir una nueva visita de la Unión Europea y espero que en el último trimestre tengamos la posibilidad de abrir los mercados de la Unión Europea, Chile e Israel.
-Hay quejas de los productores santafesinos por el costo y los plazos para recibir la vacuna contra la aftosa.
-El problema es que el presupuesto no contempló la existencia de la aftosa. Esto implicó la necesidad de una modificación en esa ley. Eso ya está decidido y nosotros dijimos que vamos a financiar tanto la vacuna como la vacunación. Mientras tanto, hemos financiado la vacuna y le hemos pedido al sector privado, en algunos caos, que financie la vacunación hasta que esté operativo este aumento presupuestario. Puede haber algunas zonas en las que los productores hayan anticipado la vacunación y le vamos a devolver en el próximo mes o mes y medio.
-Las quejas apuntan a que, frente a la urgencia, los vacunadores le cobran más caro.
-Desde el gobierno administramos el programa de vacunación a través de los gobiernos provinciales pero son las propias entidades en las que están representados los productores las encargadas de la aplicación y la contratación de los técnicos. Debería ser este sector el que esté autocontrolándose. Estamos hablando de 50 millones de vacunas y estimamos que el autocontrol del sector privado, con la supervisión de los gobiernos provinciales y el Senasa, debería ser un control suficiente.
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La Ciudad
