El golpe de gracia

Emilio Rodríguez Méndez, aves de rapiña bajan de España

Silvio Mario Valli

Por estos días los programas televisivos sensacionalistas como "Rumores", "Telepasillo", "Memoria" y otras heces, reciben la visita de un singular carroñero importado de España: el doctor Emilio Rodríguez Méndez.
Rivalizando en amarillismo con los Rial, las Rocasalvo-Monti, los Gelblung, los Avilés, etcétera, Rodríguez Menéndez ha denunciado a la modelo Daniela Cardonne de ejercer no sólo la prostitución en España (tarifa: 5 mil dólares según video ad-hoc) sino además ser la encargada de incorporar a modelos jóvenes a la red-nexo, la Argentina Exepson en Madrid regenteada por la Argentina Patricia del Valle.
Obviamente, la Cardone rechazó las imputaciones y enojada se marchó a Miami, para poner distancia con el ¿fabulador? que además vomita una revista titulada Dígame, que reíte de Claro, Pronto, Semanario, etcétera. Previamente y como es de rigor en estos casos, la Cardone lloró en el confesionario mediático de Su "Yo no fui" Giménez, al ritmo de "me rompo el...trabajando para darle unabuena crianza a Brenda y Rolandito, mis hijos.
El sexo, por potencia o impotencia, ocupa extensos segmentos televisivos y gráficos al punto tal que tanto el oficio más antiguo del mundo como los grupos médicos que tratan las disfunciones sexuales generan réditos inimaginables.
Basta pasar vista (y revista) por los clasificados de los grandes diarios sobre el rubro, rivalizando en humro, desenfado y pésimo gusto, así como, por ejemplo, la agobiadora, cara, redundante y bizarra publicidad televisiva que promete elevar el fálico dirigible (¡¡¡ni a Bergman ni a Antonioni se les hubiera ocurrido tamaña simbología!!!) a alturas increíbles, haciendo del mismo un artefacto temible por lo sustentable, para tener una cabal idea de lo expuesto.
Mi Outsider Personal, dubitativo por todo lo dicho hasta aquí me asombró (una vez más) con esta reflexión: sabe Don Valli, las sociedades como los hombres que la integran, al alardear...tácticamente confiesan sus carencias.