Año CXXXIV
 Nº 49.218
Rosario,
viernes  24 de
agosto de 2001
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El Ejecutivo promulgará en 15 días la norma aprobada por el Concejo
Se podrá bailar hasta las 5.30 pero con la música a bajo volumen
La ordenanza permite que los boliches extiendan el horario de cierre una hora y media. Críticas de empresarios

El Concejo Municipal aprobó ayer la nueva ordenanza que regula la actividad de los boliches, bares y espectáculos públicos. En aproximadamente quince días el Ejecutivo promulgará la norma que permite el funcionamiento de las disco hasta las 5.30, es decir que se extiende el horario una hora y media, aunque bajó el nivel de decibeles permitidos de 90 a 80. No se descarta que la Municipalidad dé un guiño para que desde este fin de semana se baile hasta el amanecer. El cuerpo deliberativo aprobó en general y en particular, salvo una sola modificación, la norma que durante cuatro meses analizó la comisión especial que mantuvo múltiples y febriles reuniones con las partes interesadas: bolicheros y vecinos.
Los dueños de las disco observaron atentamente el debate y con abultado público quisieron, en una ocasión, intervenir en la sesión, lo que les fue denegado.
A pesar de que en principio se descontaba la voluntad de votar la nueva ordenanza de forma rápida y sin rispideces, por momentos la discusión tuvo alto voltaje y hasta llegó a ser desopilante.
Los llamados de atención, los timbrazos y los pedidos de silencio distaron mucho de contemplar los índices de contaminación sonora perjudicial para la salud.
Luego de dos horas de debate, el oficialismo pidió un cuarto intermedio por temor a que la norma volviera a naufragar, a raíz de los fuertes cuestionamientos de los concejales Jorge Boasso, Federico Steiger y Marta Martino de Rubeo.
"No demos una imagen de ineptitud total, de que este cuerpo no puede votar una ordenanza en la que se ha trabajado más de cien días", pidió el edil peronista Evaristo Monti. Los dos puntos más conflictivos de la nueva ordenanza fueron: la baja del nivel de ruido permitido y la cantidad de personas que pueden albergar los restaurantes-bar, que brindan espectáculos.
El concejal Boasso insistió en que la norma ni siquiera contempla los niveles de ruido permitido por la ley de riesgo de trabajo que estipula en 90 el límite, y que va en aumento de acuerdo a las horas de exposición al mismo. "Son más papistas que el Papa", gritó el edil a viva voz.
De igual modo opinó la concejala Rubeo: "Estoy sorprendida; en esta oportunidad estoy de acuerdo con el intendente Hermes Binner quien en la ordenanza anterior estipuló en 90 los decibeles".
Las pepesistas Analía Carrió y Cristina Rímoli defendieron lo estipulado en la norma que surgió a partir de la intervención de la comisión de Salud, que se apoyó en estudios internacionales sobre contaminación sonora y riesgo para la salud.
Por su parte, el abogado patrocinante de varios bolicheros, Gustavo Feldman, lanzó una amenaza: "Si el intendente no veta el punto que establece el límite de los 80 decibeles, lo vamos a impugnar judicialmente", advirtió.
Pero la nueva ordenanza no dejó actividad por regular. En sus 30 artículos estipula cómo debe ser la actividad no sólo de las disco, sino también de confiterías bailables, cantinas, salones de fiestas, cabarés y whiskerías.
Justamente la capacidad permitida para el rubro de restaurantes y bares con shows en vivo fue tema de un intenso debate. Se preveía una persona por cada tres metros cuadrados, y a instancias de Boasso se modificó a una persona por cada metro cuadrado.

"El país de la joda"
"Con esta ordenanza seguimos fomentando el país de la joda", señaló José Tonelli, uno de los vecinos de barrio Pichincha que batalló para que las disco se instalarán en zonas alejadas de áreas urbanas. En rigor, habrá nuevos sectores para los boliches, como Circunvalación y el río y la zona del Scalabrini Ortiz. Pero Tonelli tendrá que lidiar al menos cuatro años más con los locales que están en su barrio, ya que fueron autorizados a radicarse allí por la ordenanza anterior. No obstante, cumplido ese plazo deberán mudarse.
"Creo que el horario de cierre a las 5.30 nos va a traer más problemas que los que tenemos, ya que la gente se va a quedar charlando en las veredas", opinó Tonelli.
Mas allá de su enojo, destacó "un aspecto positivo" de la nueva ordenanza: el nivel de sonorización. "Es muy bueno para la salud de los chicos que el sonido no supere los 80 decibeles, pero lamentablemente creo que los dueños de las disco no lo van a cumplir".



La movida nocturna tendrá una hora y media más.
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