El detenido ex presidente Carlos Menem estimó ayer que es "muy difícil hablar de un gobierno de unidad nacional", pero se manifestó "totalmente de acuerdo" con llegar a un "entendimiento entre todas las fuerzas políticas" para sacar al país adelante. También realizó una fuerte defensa de sus diez años de gestión al señalar en ese período ingresaron al país "cerca de 200 mil millones de dólares".
Por otra parte, insistió en cuestionar duramente a la diputada del ARI Elisa Carrió por vincularlo a él y a algunos de sus ex colaboradores y allegados con presuntas operaciones de lavado de dinero.
A pesar de estar acusado por la Justicia de encabezar una asociación ilícita en el sonado caso de la venta ilegal de armas a Croacia y Ecuador, Menem volvió a reconocer ayer sus aspiraciones de volver a la primera magistratura en el 2003.
Algunos errores
Cuando se lo consultó acerca de los altos índices de desocupación que se registran en el país y las polémicas privatizaciones realizadas durante su gobierno, el ex jefe del Estado aseguró no estar "arrepentido" de algunas de las medidas que adoptó, aunque admitió que durante su gestión "el ingreso no fue muy equitativo".
El ex presidente reconoció "se pudieron haber cometido algunos errores, pero no teníamos otra salida. Cuando asumí en el 89 todas las empresas del Estado eran absolutamente deficitarias -reiteró- y era fundamental transformarlas, así como pacificar el país", en obvia referencia a los indulto que otorgó.
Desde la quinta de Don Torcuato, donde cumple prisión domiciliaria por orden del juez Jorge Urso, Menem dijo que "es muy difícil hablar de un gobierno de unidad nacional" e interpretó que "este tema hay que discutirlo profundamente".
Sin embargo, se pronunció "totalmente de acuerdo de llegar a un entendimiento con quienes actualmente gobiernan la Argentina a los efectos de sacar al país de esta situación".
"Estoy de acuerdo en que una especie de entendimiento entre todas las fuerzas políticas, aunque sin hablar de unidad porque es muy difícil y puede llevarnos a resultados satisfactorios".
En otro orden, volvió a calificar como una "difamadora profesional" a la diputada de Argentina por una República de Iguales (ARI) Elisa Carrió, presidenta de la comisión parlamentaria que investiga las operaciones de lavado de dinero en la Argentina y quien días atrás presentó un preinforme sobre las investigaciones llevadas adelante por ese cuerpo. El ex jefe del Estado acusó a la legisladora de caer en la "mitomanía" y de "mentir permanentemente abrazada a una cruz".
En otro orden, ante una pregunta, afirmó no tener "arrepentimientos" sobre las consecuencias que implicaron algunas de las medidas que adoptó durante los años que ejerció el poder.
"Yo no me puedo arrepentir de lo que hice durante mi gestión; Argentina creció el 60 por ciento a partir de su producto interno, consiguió estabilidad y, aunque sé que el ingreso no fue muy inequitativo, he conseguido que llegaran cerca de 200 mil millones de dólares al país", indicó.
Por último, reiteró en su defensa: "Cuando dejamos el gobierno, la cosa, con el aumento de los impuestos y el recorte de los salarios, cambió totalmente. Yo me hago responsable hasta 1999", remarcó para desligarse de la complicada situación actual.