El ex presidente Carlos Menem volverá al estilo de vida que mantenía en la finca de Don Torcuato hasta el momento en que el juez federal Jorge Urso dispuso limitarle el número de convivientes y visitantes habilitados para ingresar a la quinta, después que ayer la Cámara Federal porteña anuló las restricciones que impuso el magistrado por considerar que las mismas "carecen de respaldo legal".
El 4 de julio último, cuando procesó a Menem como presunto jefe de una organización ilegal que habría traficado armas a Ecuador y Croacia, Urso diseñó un régimen de "operatividad cotidiana" según el cual el ex mandatario sólo podía recibir visitas entre las 10 y las 20, con una concurrencia simultánea máxima de dos personas. Además, redujo a cuatro el número de convivientes en la casona, incluido el detenido, que reside allí con Cecilia Bolocco.
De inmediato, los abogados Oscar Roger y Oscar Salvi recurrieron la decisión y consiguieron que ayer los jueces Martín Irurzun, Horacio Cattani y Eduardo Luraschi, miembros de la Sala II de la Cámara, revocaran el régimen cuestionado con algunas críticas al instructor de la causa por la venta ilegal de armas.
Don Torcuato no es la cárcel
Los camaristas recordaron que la reglamentación que rige en las cárceles, y que fue invocada por el juez para fundar su decisión, "no resulta aplicable al régimen de arresto domiciliario", ya que en las penitenciarías existen fuertes restricciones en virtud de "la necesidad de mantener el orden y estructura propios del funcionamiento de un establecimiento donde se alojan gran cantidad de internos".
"La singular construcción lógico-jurídica efectuada por el instructor (Urso) parte de una errónea premisa", dijeron los camaristas, que se refirieron así a la afirmación del juez respecto del "vacío legal" que habría sobre el sistema de detención domiciliaria.
La Cámara sostuvo que "no existe tal vacío legal" porque la prisión domiciliaria es una alternativa establecida en la ley de Ejecución Penal, y ordenó a Urso "seguir en adelante las pautas" de esa normativa y del sistema procesal vigente.
El mes próximo los jueces Cattani, Irurzun y Luraschi definirán si confirman o revocan la resolución en la que Urso decretó el procesamiento de Menem como supuesto jefe de una asociación ilícita. Si respaldan el fallo de Urso, Menem será sometido a juicio oral y sólo una resolución en contrario de la Corte Suprema evitará que el ex presidente sea sentado en el banquillo como presunto responsable del tráfico de armamento.
La otra causa
Menem, además, es investigado por el juez en lo Penal Económico Julio Speroni, que debe fijar fecha a la audiencia en la que lo indagará.
Por esa razón, en los próximos días la defensa formulará un planteo en el que sostendrá que Menem está sometido a un doble juzgamiento, y pedirá que las dos investigaciones queden en manos de un solo juez.
Mientras, ayer también se supo que Urso ha conseguido avanzar en la pesquisa en torno al circuito del dinero sucio del escándalo y que aguarda el informe de expertos bancarios sobre la documentación que envió la semana pasada Estados Unidos referida a la cuenta financiera abierta a nombre de la firma Daforel en el MTB Bank de Nueva York.
También espera datos de la Justicia de Suiza sobre posibles depósitos de Menem en la Unión de Bancos Suizos, y prepara el interrogatorio que deberá responder el financista Pedro Stier, de la desaparecida financiera Multicambio, supuesto operador de la cuenta de Daforel.