| | cartas Atención humanitaria
| Soy una docente a la que una mañana comunicaron que su madre no tenía más cobertura médica, es decir que la obra social de los docentes no protegería más a los padres, sólo a los hijos menores de 25 años y a los esposos/as. Grande fue mi desconcierto y empezó el periplo. Todas las obras sociales prepagas rechazaban a una anciana que ya tenía varias operaciones sobre su cuerpo. Mi preocupación crecía a medida que me daba cuenta que sólo tendría los servicios de Pami. Llegó el día tan temido; mi madre necesitó internarse por bloqueo de grado tres y no me alcanzan las palabras para agradecer primero a la premura con la que llegaron los médicos de Ecco y luego la atención humanitaria y profesional que tuvieron para con ella en Unidad Coronaria bajo la jefatura del doctor Albornoz. Los profesionales, las enfermeras, las mucamas y hasta los jóvenes camilleros son dignos de alabanza y de profundo agradecimiento. Balbi Capomasi
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