Año CXXXIV
 Nº 49.216
Rosario,
miércoles  22 de
agosto de 2001
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La crisis archivó la pasión en una pila de expedientes
El hotel Amenábar quebró y ahora va a licitación pública
Fue un clásico durante décadas. Hoy también peligran otros 9 alojamientos de parejas

Pedro Squillaci

Para Carmen el hotel Amenábar siempre será aquel lugar donde en los 70 llegó a encontrarse en la cama con su primer amor. Para Carlos, el telo donde debutó a los 16 años con una prostituta algo mayor. Para muchos, el rincón que aún guarda un pedazo pasional de su historia, fuera el sexo que fuera, y con quien fuera. Sin embargo, pese a las horas de placer que pasaron por sus habitaciones, el negocio ubicado en la manzana limitada por Amenábar, Corrientes, Rueda y Entre Ríos está a punto de quedar archivado en el pasado. La crisis pudo más que el mito y la quiebra que pesa sobre el inmueble ya es una realidad. La situación del Amenábar -hoy llamado Francia- se enmarca en la realidad de otros nueve hoteles alojamiento de la ciudad que actualmente no pueden levantar cabeza.
"Al dueño del Amenábar no le quedó más remedio que presentarse en quiebra", dijo ayer a La Capital el síndico Juan Carlos Conti. El contador, que es el profesional que tiene a cargo la quiebra, indicó que el titular del local, Luis Juan Alfredo Maury Dit Ruffat, "no pudo afrontar las deudas municipales, de API y DGI".
El hotel sigue abierto, pero ya se llamó a licitación pública para el 4 de septiembre próximo y hay un segundo llamado para el 25 de ese mes. La base por el inmueble de 3.200 metros cuadrados es de 416 mil pesos en la primera etapa y rebaja un 20 por ciento si los interesados aparecen recién en la segunda presentación.
La licitación incluye una planchadora calandra a gas, dos lavadoras de 50 kilos, dos centrifugadoras de 30 kilos y una secadora. Es que allí también se lavaban las sábanas de las 22 habitaciones donde durante años se escucharon gritos y susurros.
Claro que en Entre Ríos 2954 está aún intacta la casa en la que vivió el dueño Maury Dit Ruffat, actualmente fuera del país y muy conocido entre los empresarios del rubro. Esa vivienda también está incluida dentro de los pliegos.
El aviso de la licitación pública salió publicado en la edición de este diario del domingo pasado, pero la quiebra se presentó el 1º de abril de 1998. Una fecha que ratifica la caída cada vez más anunciada en este tipo de negocio.
El presidente de la Cámara de Alojamientos y Afines del Litoral, Roberto Magen, no duda en situar al año 1995, "en tiempos del efecto tequila", como el comienzo del bajón del sector. "En ese año se empezó a trabajar un 40 por ciento menos", se quejó el empresario.
Magen es además el dueño del hotel Ideal, el histórico local ubicado en Riccheri entre bulevar Oroño y Güemes. Quizá sea más conocido como el prostíbulo de Madame Safó, ese que en la década del 30 fue visitado por figuras como Carlos Gardel, entre otras de la época. "Fue el mejor prostíbulo de Sudamérica", confesó orgulloso el hombre de 73 años.
En el Ideal, de 250 parejas que visitaban diariamente el hotel en los 60 se bajó a 35 en el 2001. Magen recuerda cuando en los 70 el hotel París, de Francia y Pellegrini, "metía 300 parejas por día". "Hoy se convirtió en una parrilla, con eso le digo todo", dijo el empresario.
La cámara tiene 80 locales en la provincia, entre las cuales una decena son de Rosario: estos son el Castelar, Austral, Ideal, 77, Ciervo Blanco, Las Brujas, El Gato Negro, Ava Miriva, La Luna, y hasta hace poco precisamente el Francia, que ahora figura en la categoría de hotel a secas.
Todos pasan por crisis similares, según el titular de la cámara. Se apela a promociones especiales, desayunos sin cargo, y hasta se llega a regalar a los clientes un par de horas más "para que sigan viniendo".
Sin embargo, los hoteles comunes son una competencia difícil de batir. Algunos ofrecen más cantidad de cocheras, precios más económicos y más cantidad de tiempo a igual confort para los visitantes.
Aunque el empresario aseguró que "no todos los hoteles alojamiento de Rosario están al borde de la quiebra", admitió una realidad: "Nadie puede asegurar que la situación no se multiplicará si las cosas siguen como están". Por lo pronto, lo que sucede con el ex Amenábar marca un punto de inflexión, donde la pasión queda archivada para siempre para convertirse en quiebras, licitaciones y un puñado de expedientes.



El edificio y su equipamiento ya tienen fecha de remate.
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