La abandonada esposa del arzobispo Emmanuel Milingo, Maria Sung, reiteró ayer en su octavo día de ayuno que se dejará morir si no se encuentra a solas con su marido. Mientras los miembros de la secta Moon -por la que ambos se casaron el 27 de mayo en Nueva York- intensifican sus actividades en Roma para presionar por el reencuentro.
Paralelamente entraron a escena sacerdotes casados que expresan su solidaridad a la pareja separada.
En una conferencia de prensa en la que también participó la señora Sung, el pastor norteamericano T.L. Barret, jefe de la Iglesia de Dios en Jesús de Chicago, movimiento religioso que dice contar con 8 millones de fieles, expresó la preocupación de los "cristianos norteamericanos" y de los católicos que "vieron en Milingo un modo nuevo de afrontar la cuestión del celibato".
Otro dirigente religioso norteamericano invitado a Roma por los partidarios de Moon, el baptista Hysel Taylor, preguntó si Milingo "recibió realmente justicia", si "fue tratado equitativamente" y si tiene posibilidades de expresarse libremente.
Taylor confirmó la noticia de que él y Barrett pidieron "humildemente" audiencia al Papa para buscar una solución.
Milingo era arzobispo emérito de Lusaka, Zambia. De 71 años de edad, conocido por sus dotes de exorcista y cantante, el religioso desafió la imposición del celibato al casarse con Maria Sung, una médica acupunturista de 43. Por esta boda, Milingo se arriesgó a ser excomulgado. Pero a principios de agosto se entrevistó con el Papa en Castelgandolfo y decidió regresar a la Iglesia católica.
Desde el coloquio con el Papa, el 7 de agosto, Milingo no ha sido visto en público: actualmente está "desaparecido" en "retiro espiritual". Para su esposa, en cambio, el religioso está retenido contra su voluntad por el Vaticano. Para conseguir verlo, Maria Sung comenzó hace ocho días una huelga de hambre indefinida en espera de lograr un encuentro.
Reverendo vínculo
Por otra parte también sacerdotes católicos casados entraron ayer en escena para expresar su "solidaridad a monseñor Emmanuel Milingo y a Maria Sung".
Franco Maggiotto, sacerdote casado y con dos hijos, líder de la comunidad Viva Fe en la provincia de Turín y representante de las Comunidades de Base, acusó al Vaticano de "violencias" psicológicas y "violaciones de los derechos humanos".
El "padre Maggiotto", como le gusta que lo llamen a pesar de que no usa la sotana, intervino por teléfono en la conferencia de prensa organizada por la Iglesia de la Unificación del reverendo Moon.
"Estamos rezando por Maria y por Milingo", dijo Maggiotto, quien afirmó que hablaba en nombre de miles de comunidades de base y de sacerdotes casados.
"Que nos guste o no el modo en que se casaron, aquí está de por medio el matrimonio de dos personas que se prometieron fidelidad y amor eternos. Las presiones vaticanas para separarlos son verdaderas violencias y violaciones de los derechos humanos", agregó.
"Querer impedir a Milingo el derecho de amar a una mujer no tiene nada que ver con el espíritu evangélico, una vez más las jerarquías católicas causan dolor y lágrimas", aseguró.
Maggiotto también criticó el supuesto "servilismo" de los medios de información con respecto al Vaticano y concluyó recordando que "para obedecer a Dios, Jesús debió desobedecer a sus autoridades religiosas".
Según datos del dicasterio vaticano para el clero, un veinte por ciento de los sacerdotes que abandonan el ministerio vuelven a la Iglesia.
Los curas que se han secularizado de hecho, sin pedir dispensa a Roma, son los que menos requisitos tienen que cumplir para volver a los votos. Al contrario, los que lo pidieron formalmente, tienen que enfrentar un lento proceso, que se repite a la inversa en el caso de que quieran volver al sacerdocio pleno, según las fuentes.
Son unos 120.000 los sacerdotes que, en todo el mundo, han abandonado el ministerio para casarse.