Madrid. - Una mujer murió y su nieto de 16 meses resultó gravemente herido ayer tras el estallido de un auto de juguete en el País Vasco, en un una explosión que la policía investigaba inicialmente como un posible ataque del grupo separatista vasco ETA. El estallido ocurrió en la ciudad de San Sebastián dentro de un automóvil en el que viajaban la mujer muerta, de 62 años, el niño herido, un hermano de cuatro años, su madre y su tía, según las autoridades.
El niño más pequeño fue trasladado a un hospital donde un parte médico dijo que le habían estallado ambos globos oculares. Su hermano fue dado de alta tras ser atendido, mientras la madre y la tía de ambos resultaron ilesas. Un portavoz de la policía vasca (Ertzaintza) expresó que se trataría de un "juguete trampa" que contenía una cantidad pequeña de explosivo, "probablemente pólvora", suficiente para provocar importantes lesiones al menor de los niños y la muerte de la mujer, al ser alcanzada en una arteria por una esquirla del cilindro que contenía el explosivo.
Según los análisis de los especialistas, el juguete, un auto eléctrico, tenía un sistema dispuesto para activarse y provocar una pequeña explosión en el momento en el que se encendiera su interruptor. Tanto el coche de juguete como una jirafa de peluche fueron encontrados en un bar de la parte vieja de San Sebastián, el pasado sábado. Al no haber sido reclamados por nadie, uno de los empleados del bar se los regaló a sus sobrinos.
La Ertzaintza no descarta ninguna hipótesis, pero "elementos de análisis como la naturaleza y características del propio artefacto o la forma en la que éste habría sido depositado -abandonado cerca de un bar y sin un destinatario señalado-, no apuntan en principio necesariamente hacia los sectores que en los últimos tiempos promueven la violencia y el terrorismo en Euskadi".
En su edición on line el diario El Mundo, citando a fuentes del gobierno vasco, expresó que el coche con el que jugaba el niño era un vehículo de aeromodelismo para adultos y que podría funcionar con un combustible que sería la posible causa de la explosión.
Si se confirmase la responsabilidad de ETA, esto supondría un cambio en sus tácticas, que generalmente tienen como blanco a los políticos y miembros de las fuerzas de seguridad con coches bombas y disparos. A ETA se le atribuyen unos 800 asesinatos desde 1968.
En grave estado
La abuela, Francisca Arauncetamurgil Alcorta, forzó alguna pieza del cochecito con la boca, momento en que se produjo una explosión que le seccionó la arteria carótida, según informaron fuentes de la Ertzaintza. El pequeño de 16 meses, ingresó en el hospital Donostia con "múltiples lesiones post-traumáticas, con estallido de ambos globos oculares, presencia de cuerpos extraños en tejidos blandos de la cara, fractura de hueso frontal izquierdo con salida de masa encefálica, hemorragia cerebral y presencia de objetos metálicos que dañan el parenquiano cerebral", según el parte médico facilitado por el centro asistencial. El informe médico agrega que el pequeño tiene también "lesiones traumáticas importantes en la mano derecha".
El niño fue intervenido de las graves lesiones sufridas en la cara durante más de diez horas por los servicios de neurocirugía, cirugía pediátrica, maxilofacial y oftalmología y el servicio de implantes de mano. Su pronóstico es muy grave. Su hermano mayor, de cuatro años, resultó levemente herido, mientras la madre y la tía de los niños, resultaron ilesas.
Momentos después de la explosión, el líder del Partido Socialista Obrero Español (Psoe) en el País Vasco, Javier Rojo, describió la acción como "un ataque terrorista horrible". Sin embargo, las autoridades fueron más cautas a la hora de atribuir la culpa del atentado.
A ETA se le atribuyó la explosión de un coche bomba frente a un hotel en Cataluña el sábado, que causó heridas leves a varias personas. La deflagación se produjo después que se recibiera una llamada telefónica de advertencia realizada en nombre de ETA, lo que permitió que la policía evacuase la zona. Trece turistas sufrieron cortes menores y golpes al salir del lugar de la explosión.