El acuerdo entre la Argentina y el Fondo Monetario Internacional (FMI) se dilata y los mercados se alteran. En un escenario de alta incertidumbre los inversores manifestaron ayer su impaciencia y provocaron una retracción en el valor de los bonos argentinos en el exterior que, a partir de una una presión vendedora, volvieron a disparar el nivel del riesgo país. El sistema financiero argentino también rendirá hoy examen a nivel doméstico cuando se conozca la reacción de los ahorristas ante el vencimiento de 2.000 millones de pesos en plazos fijos (ver aparte). El viceministro de Economía, Daniel Marx, encabezó ayer el undécimo día de negociaciones con los equipos técnicos del FMI, quienes ayer elevaron un informe a la junta de directores del organismo. Tras dos semanas de vacaciones, los integrantes del directorio regresaron a sus labores para analizar la situación argentina. Aunque desde el lado argentino se señala que existe un importante avance en las negociaciones anoche casi se descontaba que no podrán existir anuncios antes de mañana, ya que aún falta convocar a una reunión formal de directores del FMI (ver aparte). Aunque la posición Argentina cosechó un explícito respaldo del Grupo de los Siete (G-7), el Fondo evitó pronunciarse sobre plazos, montos y cifras del paquete de asistencia. Un punto de discusión clave es la exigencia del organismo multilateral de que el déficit cero se haga extensible a las cuentas provinciales. Para llevar adelante tal esquema, Nación y provincias deberían eliminar la cláusula establecida a partir de diciembre de 99 garantizando un piso en las remesas de coparticipación federal. Algunas repercusiones sobre posibles exigencias del FMI de nuevas reducciones en los giros a las provincias provocó la reacción de los mandatarios justicialistas que se reunieron de urgencia para tratar la situación (ver página 2). El presidente de la República, Fernando de la Rúa, siguió la marcha de las negociaciones desde la Quinta de Olivos junto con el canciller Adalberto Rodríguez Giavarini, y el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo. Los inversores institucionales en el exterior reconocen que existe "cierta impaciencia" en los mercados frente a la falta de resultados en las negociaciones entre el Fondo y la Argentina, y expresaron también que se verían "muy decepcionados" si no se accede a un acuerdo o bien se alcanza uno "débil" para reforzar las reservas del país. En ese escenario, el mercado de los bonos externos presentó una tónica vendedora en los mercados externos, con una caída del dos por ciento en promedio. Así, el riesgo país se situó en los 1.561 puntos básicos, distante desde los 1.502 puntos con los que cerró el viernes. El economista de la consultora Moody's Mauro Leoz reconoció que si bien "se sabía" que las negociaciones con el FMI "iban a ser complejas" por la necesidad de alcanzar un acuerdo adicional con la Argentina, "hay una mayor urgencia por parte del país ante la necesidad de contar con recursos en lo inmediato". El economista, quien advirtió sobre la impaciencia de los mercados por la falta de señales, también advirtió sobre las dificultades políticas y sociales que generaría un nuevo ajuste en el país. "Hay que tomar en consideración que hubo un período prolongado de crecimiento nulo y de economía estancada, y un tiempo político encaminado a las elecciones de octubre", expresó Leoz para quien estas condiciones complican la posibilidad de llegar al equilibrio fiscal. Por su parte, el economista del ING Baring Larry Krohn afirmó que para los mercados externos "la falta de un acuerdo o uno débil" que busca alcanzar en Estados Unidos "sería muy decepcionante", pese a reconocer que con la gestión "no esperamos una gran mejora" en el ámbito fiscal del país. Krohn sostuvo que la hipótesis de una devaluación "es muy poca" y que la posibilidad de que se concrete una reestructuración de la deuda externa podría "resolver la incertidumbre que atormenta en este momento a la Argentina", aunque la medida "sería mal recibida por los acreedores".
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