Tel Aviv. - Los israelíes pasaron ayer también una nueva jornada de pesadilla, mientras los servicios secretos perseguían desesperadamente a algunos terroristas palestinos dispuestos a realizar atentados. Además, la población está perdiendo la fe en la capacidad del primer ministro Ariel Sharon para poner fin a 11 meses de conflicto con los palestinos, reveló una encuesta de opinión divulgada ayer. La encuesta de Gallup publicada en el diario Maariv reflejó que el 70% de los israelíes no cree que Sharon logre poner fin a la violencia palestina contra israelíes. Durante la noche se supo de la captura de dos militantes de la Jihad islámica que tenían en su poder una bomba que habría debido explotar en la discoteca City-Hall de Haifa. La bomba, de diez kilos, estaba potenciada con clavos y las dos personas detenidas eran originarias de Jenin, Cisjordania.
Mientras el país pasa de una alarma a otra, el ministro de Relaciones Exteriores, Shimon Peres, confirmó por su parte que en un futuro próximo no se prevén salidas políticas. El mismo, afirmó, se siente expuesto a amenazas de muerte de parte de los integristas de Hamas, por un lado, y de los extremistas de la derecha israelí, por otro. Además los colaboradores del presidente Yasser Arafat no quieren encontrarse con él porque también, según explicó Peres, temen ser asesinados por extremistas palestinos.
Numerosos incidentes
En los Territorios, dos palestinos murieron el jueves mientras -según una versión israelí- trataban de ingresar desde Gaza en territorio de Israel. En Nablus, Cisjordania, ocho militantes de Al-Fatah fueron heridos en dos explosiones atribuidas por ellos a servicios secretos israelíes.
La terrible presión psicológica provocada por la repetición de los ataques suicidas en las ciudades israelíes está dando los primeros frutos. Lugares de encuentro, centros comerciales, restaurantes y cafés están en estos días casi vacíos y son muy controlados, pero incluso en esas condiciones los parroquianos tienen miedo. En el centro comercial de Ramat Aviv, en la periferia de Tel Aviv, se vivieron escenas de pánico cuando un ladrón intentó escapar en el momento de ser descubierto.
Asimismo, un número creciente de israelíes está perdiendo la confianza en la capacidad de Sharon que cuando fue electo, en febrero último, había prometido devolver la seguridad al país. Al responder a la pregunta de una encuesta a cargo de Gallup, el 70% de los entrevistados previó que Sharon "no logrará ganarle a la Intifada". Por primera vez desde la constitución de su gobierno, la mayoría de los entrevistados, un 53%, dijo que estaba desilusionado por lo que hizo en cuestión de defensa nacional. Pero en este dato se sumaron dos tendencia opuestas, el 17% encuentran excesivas las represalias militares del líder del Likud hacia los palestinos. El 51% los considera inadecuados, pero por el motivo opuesto: deberían ser, piensan, bastante más drásticas.
En el lugar no hay un solo día de tregua: En el sur de la Franja de Gaza se combatió ayer largo tiempo; en Rafah, por lo menos siete personas, entre ellas cinco niños, resultaron heridos en enfrentamientos con armas de fuego en que participaron medios blindados israelíes. En el curso de distintas inspecciones, soldados israelíes descubrieron los cadáveres de dos palestinos muertos, según parece el jueves.
En Cisjordania se verificaron numerosos incidentes y emboscadas y una poderosa bomba explotó sin provocar víctimas en Ghilo, a las puertas de Jerusalén. En Nablus, la tensión es muy alta después de que el jueves ocho militantes de Al-Fatah resultaron heridos en dos explosiones casi contemporáneas: una, en el interior de un automóvil, en el campo de refugiados de Ras el-Ein; la otra en la "casbah" cuando un activista local puso en acción el propio teléfono celular.
Mientras tanto también el ejército israelí impulsó el sitio de ciudades importantes como Nablus, Ramala, Tulkarem, con la intención de prevenir atentados.