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La deuda externa argentina

El 16 de septiembre de 1955 -cuando cae el gobierno de Perón- la República Argentina no tenía deuda externa, disponía de una reserva financiera en oro y divisas del orden de los 1.500 millones de dólares y la balanza de pagos le era favorable. Hoy, la cifra que se menciona en relación a "nuestra" deuda externa, es de 128.000 millones de dólares. ¿Cómo es posible esto? La nefasta y mal llamada Revolución Libertadora que toma el gobierno ese fatídico 16 de septiembre hace que nuestro país pague 2.000 millones de dólares por la ayuda prestada por Gran Bretaña a esa revolución: las espoletas de los proyectiles y el combustible de los barcos, que a lo sumo podrían haber costado medio millón de dólares. Y si tomamos en cuenta que la reserva financiera de 1.500 millones de dólares desaparece por obra de estos revolucionarios, tenemos en ese entonces (entre otros de mayor magnitud), un perjuicio para el pueblo argentino del orden de los 3.500 millones de dólares. Un juez de la Nación, el doctor Ballesteros, en una causa judicial promovida por Alejandro Olmos contra la deuda externa argentina, dictaminó que ésta es ilegal y criminal. El descomunal fraude de la deuda externa argentina va mucho más allá de todas las deudas falsas que la integran. Hay otros componentes que la han hecho crecer enormemente. Uno es el interés a pagar, y otro es la progresión geométrica en el aumento de la deuda que genera este sistema de robo legalizado. La actual situación del país es muy grave y a mi entender, mucho más importante y urgente es encontrar a los responsables de aportar soluciones que ocuparse de dar con los culpables.
Ricardo Arlt