Año CXXXIV
 Nº 49.212
Rosario,
sábado  18 de
agosto de 2001
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Varios investigadores creen haber dado con la verdadera tumba de Gengis Khan
Un cementerio que está a 300 kilómetros de Ulan Bator, capital de Mongolia, sería la morada del célebre emperador

Un grupo de científicos estadounidenses y mongoles descubrió en Mongolia la tumba de Gengis Khan. Los investigadores encontraron un cementerio con varias tumbas que les llamó la atención, a unos 300 kilómetros al noreste de Ulan Bator, capital de Mongolia, y esperan ahora un permiso de las autoridades para investigar más detalladamente el lugar.
"Es un descubrimiento interesante, ya que el paraje se encuentra cerca de varios lugares que fueron importantes en la vida de Gengis Khan", señaló John Woods, profesor de Historia de la Universidad de Chicago, a un reportero del diario New York Times, que ayer publicó el hallazgo.
Las tumbas se hallan a unos pocos kilómetros de lugar donde supuestamente nació el guerrero mongol y están rodeadas por una muralla de hasta tres metros de altura y tres kilómetros de longitud.
La tumba de Gengis Khan, uno de los conquistadores más exitosos de la antigüedad, es hace casi 800 años uno de los mayores misterios de la historia. El guerrero unió varias tribus mongolas en el siglo XIII, conquistó a los estados más poderosos de Asia de aquella época y llegó hasta Europa.
En Mongolia es difícil obtener permisos para realizar exhumaciones. Según la creencia popular, las almas de los muertos son perturbadas si sus restos son desenterrados. Los servidores que enterraron a Khan fueron asesinados para mantener la ubicación del lugar en secreto.

Misterio en Batshireet
La tumba de Gengis Khan, según estudiosos mongoles y norteamericanos, yace en la cima de una colina en el noreste de Mongolia, donde junto a sus restos hay tesoros y decenas de servidores, concubinas y soldados sepultados con su caballo, como manda la tradición.
El majestuoso complejo sepulcral rodeado de muros que se encuentra en el área de Batshireet, unos 300 kilómetros al noreste de Ulan Bator es sin duda el lugar de inhumación de la gente de alto rango en la jerarquía social surgida del mayor imperio jamás creado en tierra firme.
Para tener la certeza final de que se trata de la tumba de Gengis Khan ahora sólo hace falta la autorización de las autoridades de Mongolia para las excavaciones.
El proyecto está auspiciado por el ex agente financiero Maury Kravitz, desde niño fascinado por la leyenda del humilde huérfano Temucin, que probó su valor en mil batallas, ganándose el título de Lobo Azul y venerado en la cumbre de su gloria como Hombre Océano.
Quien guió a los estudiosos hasta la tumba fue el geógrafo mongol Bazargur, apasionado de historia y autor de un atlas sobre los lugares vinculados a la saga de Gengis Khan.
Según Bazargur, el elemento central para la identificación fue justamente la ubicación: el complejo sepulcral, con un perímetro de muros de piedra de entre tres y cuatro metros de altura y de unos tres kilómetros de largo, dista poco del presunto lugar en que Gengis Khan nació en 1162, y está aún más cerca de aquel donde en 1206 fue proclamado señor de todos los mongoles.
La leyenda quiere que, una vez sentadas las bases del imperio que durante siglos mantuvo abiertas las vías de comunicación entre Asia y Europa, Gengis Khan haya muerto en 1227 debido a las heridas sufridas en batalla. Pero algunos historiadores hablan de una caída del caballo.
El misterio de la tumba de Gengis Khan fascinó a historiadores y arqueólogos durante siglos, dando origen a numerosas reivindicaciones nunca confirmadas. La última es del pasado septiembre, cuando en China se anunció su hallazgo en un área de la región autónoma de Xinjang cercana a la Mongolia interna.
El sitio identificado por Bazargur, conocido para los locales como "castillo de Gengis Khan", "castillo de los caritativos" o "roca roja" ya había sido visitado a principios del siglo pasado por arqueólogos japoneses, que sin embargo no se dieron cuenta de las dimensiones de la estructura sepulcral.
Pese al entusiasmo por el nuevo descubrimiento, es posible que el misterio siga siendo tal. Las autoridades mongoles son avaras en permisos de excavación, cumpliendo con la tradición popular según la cual las almas de los muertos son destruidas, separándose del cuerpo cuando éste es sacado a la luz.



El túmulo de piedras es visitado desde principios de siglo.
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