Año CXXXIV
 Nº 49.211
Rosario,
viernes  17 de
agosto de 2001
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cartas
Tiempos de cambio

En estos tiempos que vivimos en nuestra amada Argentina donde existe una evidente crisis de valores, me parece interesante rescatar el valor "sinceridad". La palabra sinceridad proviene del latín "sin cerum", que significa hecho de una sola pieza, sin costura. Esto habla de la unidad de vida que debe existir en el hombre. Hoy es común observar que las personas poseen distintas vidas según el ambiente, la necesidad y las circunstancias del momento. Y esto lleva una participación de la persona humana, ya que no sólo vive sino que piensa conforme a la oportunidad. ¿Y quién puede fiarse de alguien así? no sólo estamos perdiendo valores como la sinceridad, sino que con ella van de la mano la honestidad, la fidelidad, la lealtad, la nobleza, el patriotismo... Y aquí quería llegar: ¿qué sucede hoy con algunos políticos, con cada uno de los argentinos? En palabras de C. Burke diría "son hombres prácticos, se dedican a hacer política. En lo que atañe a su interés o comodidad, su razonamiento es inteligente. Pero no están dispuestos a ir más allá en su razonar: son hombres en quienes la comodidad, su razonamiento es inteligente. Pero no están dispuestos a ir más allá en su razonar, son hombres en quienes la comodidad ha sustituido a la conciencia. La persona cuya vida no esté regida por la sinceridad, por una disposición habitual de enfrentarse con la verdad o con las exigencias de la conciencia, por incómodas o duras que sean, se aparta rotundamente de toda comunicación divina. El que tiene miedo a enfrentarse a su conciencia tiene miedo de enfrentarse a Dios".
María Cecilia Aguirre


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