Córdoba.- Un grupo comando compuesto por al menos media docena de personas asaltó ayer una sucursal del Banco de la Provincia de Córdoba en esta capital y se alzó con un botín cercano a los 50 mil pesos. Para lograr el atraco, los delincuentes tomaron como rehénes a los familiares del tesorero de la entidad, que viajaban hacía La Docta desde la localidad de Despeñaderos, donde residen.
El impresionante robo comenzó pasadas las 5 de la mañana de ayer cuando el funcionario bancario, identificado como Jorge Soto, viajaba junto a su familia a bordo de un Mazda particular y fue interceptado por los delincuentes.
Entonces, la mujer y sus tres hijos fueron obligados a ascender a una Trafic, mientras que el tesorero fue llevado por tres delincuentes en su auto hasta la sucursal bancaria de Bajada del Pucará, en el barrio Crisol de la capital cordobesa.
En la entidad, a donde llegaron antes de las 7, los delincuentes accedieron al tesoro y sustrajeron una suma de dinero no determinada, ya que no se efectuó el correspondiente arqueo, pero se anticipó que rondaría los 50 mil pesos.
Tras ello, los delincuentes dejaron a Soto encerrado en el edificio del banco con un golpe en la cabeza, aunque fuera de peligro, mientras que los ladrones huyeron en el mismo auto de la víctima.
Mientras eso ocurría, la familia de Soto, compuesta por su esposa y tres hijos de 18, 14 y 12 años, fue trasladada por el resto de la banda hacia la capital provincial en la Trafic y posteriormente liberados, sin que sufrieran violencia, frente a una villa miseria en la que se habrían refugiado los ladrones.
Ya liberados, los rehénes fueron auxiliados por vecinos de la zona, en tanto que a unas 60 cuadras de allí, en la periferia sur de la capital mediterránea, fue encontrada la Trafic.
Grupo organizado
Los policías encontraron también un Fiat Uno que habría sido utilizado por la banda. Según los pesquisas, se trató de un grupo delictivo "preparado y organizado" que tenía planificado cambiar de vehículos para evitar una eventual persecución.
El comisario mayor Iván Altamirano estimó que, antes de que se concretara el robo al banco, "hubo una tarea de inteligencia" para conocer los movimientos del tesorero. En declaraciones radiales, Altamirano contó que los asaltantes, de entre 25 y 30 años, estaban prolijamente vestidos, uno de ellos con traje y corbata. "Por la forma en que actuaron y el trayecto que desarrollaron se ve que tenían todo perfectamente planificado", remarcó el policía.
Al parecer, el robo fue descubierto después de que llegó al banco un empleado y encontró al gerente solo, encerrado y golpeado. En ese momento, fue accionada la alarma y se alertó a la policía.
Si bien distintas fuentes ratificaron el buen estado de salud de la familia Soto, tanto el funcionario como su esposa e hijos fueron trasladados para que médicos forenses les realizaran un chequeo médico.