Jerusalén. - El ejército israelí invadió anoche varias localidades del distrito autónomo palestino de Belén, informaron fuentes palestinas y hebreas. Se trata de de la segunda operación de este tipo en 24 horas, luego de la anterior incursión violenta en Jenín, en la que 40 tanques israelíes destruyeron una comisaría palestina. Anoche los objetivos del ejército israelí eran las localidades de Beit Jala, Beit Sahur y Belén, todos ellos pertenecientes al distrito autónomo palestino de Belén y situados a pocos kilómetros al sur de Jerusalén.
Sin embargo, fuentes militares israelíes indicaron que las operaciones en torno al distrito cisjordano de la ciudad palestina de Belén se limitaban en la medianoche israelí a meros "movimientos de tropas".
La televisión pública israelí confirmó que estaba en curso "una operación militar con importantes efectivos", mientras que el ejército rechazaba hacer comentarios.
Según los testigos, las fuerzas israelíes ya habían entrado en las localidades de Al Asskara, Harmalah, Avneh y Rakhma, que están bajo control de la Administración Nacional Palestina (ANP), pero donde Israel sigue a cargo de la seguridad. En dos de esas zonas fue impuesto el toque de queda.
Las tropas israelíes también se dirigían hacia las localidades autónomas palestinas de Beit Sahour y Beit Jala, desde donde se dispara habitualmente hacia la localidad israelí de Ghilo. Ayer el alcalde de Jerusalén, Ehudo Olmert, había reclamado una operación "como la de Jenín" en Beit Jala.
Según las fuentes israelíes, las fuerzas militares tomaron inicialmente posiciones en tres edificios que se encuentran en el distrito palestino de Belén.
En cualquier caso, la operación se produce en represalia por los ataques de los francotiradores palestinos que en la mañana de ayer dispararon durante seis horas desde Beit Jala contra el barrio judío de Ghilo.
"No va a haber más ataques contra Ghilo, se los garantizo", había advertido por la tarde el primer ministro de Israel, Ariel Sharon, ante la plana mayor de la Policía Nacional israelí.
También el alcalde de Jerusalén, Ehud Olmert, con jurisdicción en Ghilo, declaró en una visita a este asentamiento, convertido en un barrio de Jerusalén, que "es necesaria una operación masiva y por tierra para acabar con los ataques desde Beit Jala", semejante a la efectuada horas antes en Jenín.
El barrio-asentamiento de Ghilo, donde viven unas 45.000 personas, se construyó en territorios conquistados por Israel tras la Guerra de los Seis Días en 1967, y anexionados poco después, aunque los palestinos lo consideran parte de sus territorios ocupados al igual que los demás asentamientos.
Esta es la segunda operación que lanza el ejército de Israel contra ciudades autónomas palestinas, ya que en la madrugada del miércoles tanques israelíes penetraron en la ciudad de Jenín y destruyeron el cuartel general de la policía palestina y una comisaría, aunque abandonaron la zona horas después. La de Jenín fue la operación más profunda en territorio autónomo palestino desde 1993 y provocó no sólo las críticas palestinas sino también las de EEUU, Francia y los países árabes.
Amenaza de Hamas
El movimiento integrista islámico Hamas afirmó ayer que Israel pagará caro la incursión militar en la ciudad autónoma de Jenín y prometió que habrá más ataques suicidas con bomba en Israel. Así lo advirtió Ismail Hanniya, dirigente de Hamas, según el cual "el ocupante israelí recibirá una lección que se se olvidará si trata de nuevo de penetrar en nuestras ciudades, pueblos y campos de refugiados". "Hamas vengará la sangre de sus mártires y el ataque de Jerusalén fue sólo el comienzo de la venganza", dijo.
El ministro de Información Yasser Abed Rabbo, calificó la acción de "declaración de guerra". Por su parte, Nabil Abu Rudeineh, asesor de Yasser Arafat, exigió la actuación del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.