Pérdida de concentración, agresividad, ansiedad, irritabilidad, depresión y adicciones al alcohol, cigarrillo, café, té, drogas y medicamentos, entre otros síntomas, pueden constituir una patología definida por la doctora María Delia Laporta como Seda (sindrome de estrés, depresión y adicciones) que involucra a distintos sistemas, además de manifestaciones psíquicas.
"El Seda es un trastorno metabólico provocado por el consumo de azúcares y harinas refinadas", dijo la doctora Laporta. El sindrome, descubierto casualmente hace aproximadamente cinco años por el doctor Carlos Nicotra, médico psiquiatra de Bahía Blanca, en oportunidad de acudir a la consulta un paciente alcohólico con delirium tremens. Ante la falta de una medicación específica, el paciente recibió una solución con suero glucosado que hizo que desaparecer el delirio.
El hecho atrajo la atención del especialista que luego se interesó en averiguar mediante estudios bioquímicos qué sustancias sobran o faltan en el organismo. De esos estudios concluyó que no sólo los alcohólicos, sino también los psicóticos se beneficiaban con una dieta para diabéticos, en la cual se excluye la ingesta de azúcares.
Metabolismo de la glucosa
"El Seda se produce debido a una distorsión del metabolismo de la glucosa, por distintos mecanismos. La alteración metabólica no presenta síntomas, pero si se efectúa una historia retrospectiva de la persona, se detectan cambios de humor, adicción a los dulces, olvidos, desganos o miedos exagerados", agregó la profesional.
El sindrome generalmente se presenta acompañado de una mala nutrición, principalmente por el abuso del azúcar y de las harinas refinadas (cuanto más ceros tienen, más nocivas). "Es necesario alejarse de todo lo que tenga gusto dulce. Cambiar la forma de nutrirnos eliminando las harinas refinadas por las integrales y el azúcar por una bebida a base de glicerina, además de la incorporación de suplementos dietarios", afirma Laporta.
La forma de detectarlo es a través de un test de glucosa prolongado (tres horas). La persona, en algún momento de la curva, luego de ingerir la bebida glucosada, presenta una disminución de glucosa con relación a los valores detectados en ayunas. "Cuando la glucosa baja en sangre a raíz del consumo de azúcares, el cuerpo acude a las reservas de los músculos, por eso surge el cansancio, la fatiga y los dolores", dijo finalmente la médica rosarina.