"Desde que supe que era celíaca tuve que cambiar hábitos de vida. Casada y con cuatro hijos tuve que aprender a cocinarme alimentos diferentes a los del resto de mi familia", explica Elvira Alvarez que descubrió su enfermedad a los 36 años y hoy preside Acela, un grupo de autoayuda con sede en Rosario. "Para mí fue muy importante el apoyo de mi familia", comenta quien tuvo que adaptarse a llevar su comida a cada reunión. En un grupo de autoayuda recibió el asesoramiento que necesitaba y actualmente preside Acela Rosario (Asistencia al Celíaco de la Argentina) donde, entre otros servicios, dictan clases de cocina. Entre otros deliciosos platos enseñan a cocinar facturas, panes y alfajores de maicena, para lo cual utilizan otras harinas como la de arroz, mandioca, soja y hasta de garbanzos. Además, hoy en el mercado se obtienen premezclas de harinas y toda clase de productos para celíacos, identificados a través del símbolo de la espiga de trigo cruzada en diagonal. Acela brega también por el cumplimiento de las ordenanzas de control de alimentos y brinda apoyo psicológico. El grupo se basa en el intercambio de ideas entre expositores y concurrentes; el deseo de aprender lo necesario sobre la dieta y la enfermedad en sí, y las limitaciones. También se fomenta el desarrollo de la imaginación, el aplauso para los que cumplen la dieta, el compañerismo, el orgullo de pertenecer a la asociación y la solidaridad. Acela, filial Rosario funciona en la Sociedad de Pediatría, Catamarca 1935, y las reuniones se efectúan los terceros sábados de cada mes a partir de las 9. Para mayores informes comunicarse con los teléfonos 4573585, 4531433 y 4486085, e-mail: [email protected]
| |