Si bien el torneo Apertura aún no comenzó, los líderes de los diferentes sectores que integran la barra brava de Rosario Central ya hicieron conocer sus exigencias económicas a los directivos de la institución, y al parecer estas pretensiones superaron todos los cálculos realizados a priori por los integrantes de la gestión auriazul. Según la información a la que accedió Ovacion, el Chapero padre, quien formalizó en el ambiente canalla su retorno a la actividad, le pidió al gobierno canalla una cantidad de 150 entradas cuando el equipo juegue como local, y 6.000 pesos cuando el partido sea en carácter de visitante. Un poco más ambiciosa fue la solicitud del Chaperito, hijo del anterior, quien reclamó 350 entradas más 1.500 pesos cuando Central actúe en el Gigante, y 6.000 pesos cuando el cotejo sea fuera de Rosario. Por su parte, el grupo conocido popularmente como Los Pillines, comandado por Andrés Braccamonte, presentó la solicitud con 500 entradas cuando el equipo juegue como local y 7.000 pesos cuando lo haga como visitante. En síntesis, y en caso de que no surja otro grupúsculo que se considere con derecho para imitar estos pedidos, Central tendría que disponer para la barra brava un total de 1.000 entradas más 1.500 pesos cuando el conjunto auriazul juegue como local, erogación que se elevaría a los 19.000 pesos cuando el compromiso sea de visitante. Claro que la recaudación que diagramaron los cabecillas de estos grupos no termina en esta exigencia realizada a los directivos, ya que también se acercaron al cuerpo técnico y al plantel profesional para hacerles conocer sus pretensiones, aunque en este caso no trascendió la magnitud de las necesidades de los muchachos del tablón. Lo que sí se supo es que los barrabravas están dispuestos a transitar los diferentes caminos de persuasión para satisfacer sus demandas, ya que la semana pasada el Chaperito habría amenazado a la esposa del vicepresidente Juan Carlos Campagna en su propio domicilio. Según relatan, el popularmente conocido como Tito se enojó ante la ausencia de Campagna y amedrentó a la cónyugue del directivo, quien al verlo fuera de sí le solicitó que se retirara o caso contrario debería llamar a la policía, a lo que el barrabrava habría respondido: "Si llamás a la policía te llenamos la casa de balas". Otro de los que habría recibido este tipo de visitas sería el técnico Juan José López, aunque el entrenador niega la versión y señala: "Está todo bien". Tampoco fue un hecho aislado la amenaza con exhibición de arma de la que oportunamente fueran objeto los directivos Jorge Sauan y Néstor Mascó, en la puerta de la escribanía del presidente Vesco. Y hasta resulta paradójica la ocurrencia que habría tenido el Pillín al solicitar 150 pesos para lograr que Paquito Ferreyra -otro barrabrava- sea cambiado de celda. Pero lo más grave de esta lamentable realidad es la resignación de los directivos, quiene coinciden en señalar: "Ya hicimos algunas denuncias y no pasó nada. La policía nos prometió que ante otra denuncia los Chaperitos no saldrían nunca más, por sus antecedentes, sin embargo estuvieron con nosotros en México".
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