El ministro de Economía es muy ingenioso, con tres medidas de política económica birló tres prohibiciones expresas que tenía, convirtiéndose de esta forma en el mago de la economía. En primer lugar el ministro anunció la posibilidad de que nuestro país tenga déficit cero en el segundo semestre del año, pero en ningún momento dijo que el resultado del sector público se mediría por lo realizado sino que lo hará por lo devengado en el último semestre.
Esta pequeña diferencia (que no es tan pequeña en los números) implica que en el resultado fiscal de julio se tomen los salarios que se abonan en agosto, pero que corresponden al mes de julio, por ende la masa salarial que se toma en cuenta es aquella que tiene una rebaja del 13%.
En cambio, si el resultado lo medimos por lo realizado, deberíamos tener en cuenta que en julio se abonaron los sueldos de junio (que no tenían reducción), más el aguinaldo.
El resultado fiscal de julio por el método de lo realizado es de 944,5 millones de pesos de déficit. En cambio el resultado por el método de lo devengado es 100 millones de superávit.
El ministro en una sola jugada escondió 1.044,5 millones de déficit, que se evaporaron en un único acto, por la argucia contable que impuso en los números.
En segundo lugar, el ministro no podía realizar una moratoria fiscal, ya que esto le estaba vedado expresamente por un acuerdo con el FMI, pero el mago de la economía, viendo que los bonos estaban a precios irrisorios, sacó un decreto por el cual toma estos títulos a cuenta para el pago de deudas atrasadas. De esta forma opera sobre las deudas atrasadas una quita que equivale a un 30% en promedio.
El ministro una vez más se sale con la suya realizando una moratoria, que no es una moratoria pero que tiene un efecto parecido, ya que le permitirá reducir el stock de deuda y achicar a futuro el peso de los intereses sobre el presupuesto nacional.
El mejor de los trucos
En tercer lugar, tenemos el mejor de todos los trucos, toma los cupones de renta de los títulos públicos de corto plazo y los canjea por certificados de cancelación de deudas fiscales, que podrán ser utilizados para pagar impuestos corrientes. Por ejemplo una persona compra el Bonte 2005, que paga intereses en los meses de noviembre y mayo de cada año, puede canjear estos cupones de intereses por certificados de deuda que serán utilizados para el pago de impuestos. Esto parece muy razonable, ya que antes el Estado cobraba impuestos y pagaba los intereses de los bonos, ahora les indica a los ahorristas que puede aplicar lo que recibe en concepto de intereses al pago de sus propios impuestos.
Esto tiene una doble lectura, por un lado facilita los tramites administrativos que antes realizaba el Estado; por otro lado, el aspecto más importante, es que garantiza con la recaudación tributaria el pago de los intereses de los bonos de corto plazo, dejando sólo con garantía del Estado el capital del bono, que al estar a un precio muy bajo resulta atractivo correr ese riesgo ya que las posibilidades de ganar son mucho más altas que las de perder.
Una vez más el mago consigue lo que le estaba vedado. En el mes de abril pasado la Cámara de Diputados de la Nación le negó al ministro la posibilidad de garantizar con la recaudación los pagos de la deuda, ahora por un decreto no garantizara toda la deuda, pero sí los intereses de los bonos.
En este escenario debemos agregarle que desde el exterior la visión sobre nuestro país ha comenzado a cambiar, ya son pocos los que dicen que Argentina no genera contagio y han comenzado a preocuparse por la posibilidad de que todo desemboque en un problema económico en México, principal socio de Estados Unidos, entre los países de habla hispana.
El fin de semana pasado John Taylor vino a nuestro país, y este fin de semana miembros del equipo económico están trabajando en Washington con el fin de conseguir fondos frescos para salir de la crisis.
El FMI adelantaría 1.260 millones que el mercado ya los tiene descontado; y podría conseguirse un desembolso adicional de 6.000 millones que se aplicarían a las reservas liquidas y disponibles del Central bajo el rubro Reservas Supletorias, y que vendrían a darle un mayor respaldo a la convertibilidad y al sistema financiero.
Además se estaría estudiando una línea de créditos contingentes por 6.000 millones, con el fin de garantizar no sólo la convertibilidad sino los futuros pagos de amortización y servicio de deuda.
Si el gobierno consigue los 12.000 millones que tiene en la mira, creemos que sin lugar a dudas los mercados tomarán el sendero positivo y estaremos frente a una fuerte suba en materia de títulos y acciones.
Los plazos fijos han comenzado a crecer al compás de la caída en el riesgo país. Sería bueno que los bancos convalidaran la tasa de 30 días por 90 días para hacer una diferencia más importante con el dinero depositado en los bancos. Esperamos que este mago de la economía, que con una sola palabra, cambiando realizado por devengado, eliminó 1.050 millones, siga con suerte, y no le ocurra como al gran mago Houdini que pereció en medio un truco, en un pase que nunca pudo resolver.